Palabra y fe / ¿Amas? ¿Cómo lo sabes?

Pbro. Jorge Rodríguez Moya

Los seres humanos tendemos un tanto a la confusión. Confundimos la admiración, el deseo, el cariño, la responsabilidad, con el amor. Pasarse un buen rato con alguien no significa que le ames, tener buena química no implica necesariamente amar a esa persona. Muchas veces, incluso, tenemos una idea, una ilusión del amor que queremos que encaje con cierta persona y nos enamoramos de la idea que "flota" sobre tal o cual persona, pero de la persona con nombre y apellido, no.

Para poder amar a alguien hay que conocerlo y la mejor manera de conocer a una persona es escuchándola. Recordemos la locución latina: "Ex abundantia cordis os loquitur" (de lo que está lleno el corazón es de lo que habla la boca), de tal manera que cuando escuchamos a la otra persona, ella nos va comunicando quién es. Es un proceso lento, constante, pero seguro.

Aquí debemos, querido lector, puntualizar que escuchar no es lo mismo que oír. La escucha exige atención, poner no sólo el corazón, sino también la razón para separar las palabras, los vocablos, de sus contenidos, de sus cargas emotivas, y así descubrir el interior de la otra persona. El amor al igual que el...

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