Página Tres/ ¿ intolerancia y oscurantismo?

AutorRicardo Omaña del Castillo

¿ intolerancia y oscurantismo?

Parece ser que en México soplan vientos de fanatismo e intolerancia, producidos por la irracionalidad de quienes pretenden someternos a sus mezquinos dictados, arropados por moralinas sectarias, respetables, en tanto fueran respetuosas. Es inconcebible que en estos tiempos de laicismo universal, que en estos tiempos en que ni en la cuna del cristianismo se sataniza a los librepensadores, veamos en México hechos de barbarie enaltecidos incluso por curas que supuestamente predican la piedad, el perdón y la tolerancia. Lo ocurrido en Guadalajara es inquietante. Dos jóvenes destruyeron el dibujo de un artista apellidado Ahumada, en el que mostraba a un indio con un ayate desplegado en el que aparecía Marilyn Monroe. Desde el punto de vista de la religión cristiana, la obra es sin duda irreverente, pero la irreverencia es un pecado, no un delito. Y en el caso que nos ocupa, ni siquiera un pecado para quienes profesan otras religiones. El vandalismo, en cambio, sí es un delito. Y lo es el daño en propiedad ajena. La apología del delito también constituye un delito. ¿Hacia dónde vamos con jerarcas de la Iglesia católica que aplauden tales actos vandálicos, que incitan al vandalismo, que enaltecen y defienden a los vándalos? ¿Acaso el vandalismo de los herejes es condenable y el de los creyentes es plausible? Monseñor Oscar Sánchez, de Guadalajara, dijo: "Si vuelven a exhibir el cuadro y los muchachos los vuelven a romper, los sacaremos otra vez de la cárcel". Otros clérigos habían antes avalado la barbarie de esos jóvenes delincuentes. ¿Ignoran acaso que contravienen la Ley, o creen estar por encima de las normas jurídicas que nos rigen? Nunca justificaremos que un individuo lastime deliberadamente la sensibilidad de otro individuo, pero condenamos enérgicamente el hecho de que la Iglesia pretenda reducir la libertad de expresión a sus dictados. ¿Es éste el santo ejemplo que los curas le dan a la niñez católica? La libertad de expresión es una ley irrestricta que concede a todo ser humano el derecho a manifestar sus ideas, dentro del exclusivo marco jurídico. No hay ni debe haber una instancia ajena al orden civil que la delimite, la deforme o la conculque, menos aún de tipo religioso, porque nadie está obligado a profesar esta o aquella religión. La libertad de expresión es un derecho universal inspirado en una ética sin remiendos, es decir, emancipado de todo sectarismo. La Ley no debe ser espejo de ninguna...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR