Página Tres / El voto de foráneos, ¿calidad o cantidad?

AutorRicardo Omaña del Castillo

El voto de foráneos, ¿calidad o cantidad?

Con el consenso de los partidos políticos representados en el Congreso, a excepción del Verde Ecologista, se firmó un acuerdo para la regulación del voto de los mexicanos que viven en el extranjero, una vieja y reiterada demanda que por diversas razones no se había concretado. El acuerdo se logró en reunión presidida por el Secretario de Gobernación, Santiago Creel. Se espera que la iniciativa esté lista en el actual periodo de sesiones. El representante del PRD, Diputados Emilio Zebadúa; Pablo Alejo, del PAN; Pedro Vázquez, del PT; Francisco Frías, del PRI, y por Convergencia el ex panista y ex perredista Jesús González Schmall, firmaron el acuerdo. El Presidente Fox anunció posteriormente, antes de emprenden un viaje a Estados Unidos, la iniciativa que hará llegar al Congreso. Hace dos meses, los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión y la Secretaría de Gobernación habían alcanzado un acuerdo político para impulsar una iniciativa de ley tendiente a regular el voto de los mexicanos que radican en el extranjero, particularmente en Estados Unidos. De aprobarse la propuesta, nuestros compatriotas que radican en el extranjero podrán ejercer el derecho al voto exclusivamente en las elecciones presidenciales del 2006, no en las de Gobernadores o Alcaldes. Desde luego que es bueno y justo que los mexicanos sigan siéndolo en todos los aspectos, aunque estén ausentes del País. Pero para todo fin práctico, ¿cuáles serán los beneficios de sumar los votos de los emigrantes en una elección presidencial? La mayoría de las personas que huyen del País lo hacen porque aquí no tienen un medio de sustento permanente, ni seguridad social, ni oportunidades para salir de la pobreza extrema. Son la mayoría individuos decepcionados de su Gobierno y de su sociedad, que se sienten marginados y sin posibilidades de revertir su situación. Quizás me equivoque, pero creo que estos mexicanos no tienen el menor interés en la política de su País, sobre todo si donde radican viven más o menos bien e incluso pueden ayudar económicamente a sus familias. Si ejercen su derecho al voto, tal vez voten, pero sin tener idea de quiénes son, o qué ofrecen los candidatos que no les hayan ofrecido antes. Su voto tendrá una connotación cuantitativa, pero no cualitativa. Por supuesto que el voto foráneo podría influir en el resultado de una elección, y esto sería de alguna manera absurdo, pues se trataría de votos de...

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