Página Tres/ Sorpresa, lamento y debate jurídico

AutorRicardo Omaña del Castillo

Sorpresa, lamento y debate jurídico

El homicidio cometido por el jovencito Julio Castrillón ha consternado e inquietado a la sociedad regiomontana, que en cierto modo se observa en ese desagradable espejo. La secuela del suceso tiene dos vertientes, una de tipo moral y otra que se limita al aspecto médico jurídico. La defensa de la familia Castrillón confía en que los dictámenes siquiátricos confirmen la presunción de que el muchacho padece esquizofrenia, en cuyo caso podría sustraerse de la acción legal, según las normas establecidas para los menores de edad. En el Consejo Estatal de Menores, que preside Salvador Quiroz, la presunción preliminar es que Julio Castrillón hijo no sufre ese tipo de trastorno, debido a lo cual tendría que permanecer internado por lo menos durante cinco años en dicha institución. El caso ha derivado en una confrontación entre el abogado defensor de la familia Castrillón y la Procuraduría. El litigante se queja de que no ha sido debidamente documentado del proceso por la fiscalía, a pesar de que ésta continúa haciendo investigaciones con gran sigilo. Aquí habría que deslindar los sucesos. El caso del muchacho homicida está ya bajo la exclusiva jurisdicción del Consejo, y lo que la Procuraduría está haciendo es simplemente una investigación para saber si hubo, o no, alguna intervención de personas adultas en los hechos, ya sea con propósitos de encubrimiento o para entorpecer la indagatoria. En el supuesto caso de que se encontraran indicios de que ocurrió algo punible, imputable a personas adultas, es evidente que el proceso correspondería al ámbito penal, no al Consejo Tutelar. Lo deseable es que, de un modo o de otro, la sentencia final contemple la seguridad de la sociedad, y la salud del jovencito. El otro aspecto del caso tiene que ver con las reflexiones que el caso ha inspirado en muchas personas. Los comentarios hacen énfasis en la educación que los padres dan a sus hijos y los riesgos que entraña darles a éstos excesivas libertades. Por desgracia, éste es un fenómeno cultural que no es reversible, por más que esporádicamente sea abordado y discutido. La paternidad ha cambiado radicalmente. El hecho de que ambos padres trabajen, de que dejen a sus hijos en guarderías o a cargo de alguna muchacha, generalmente ignorante, rompe ciertos vínculos familiares y sustrae al niño de la influencia y ejemplo paternales. Esto es inevitable cuando el sustento depende de dos ingresos. Hay otros casos, sin embargo, que...

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