Página Tres/ Los neopolíticos y la opinión pública
| Autor | Ricardo Omaña del Castillo |
Los neopolíticos y la opinión pública
Hay algunos políticos que se resisten a serlo en toda la extensión de la palabra. Es posible que su origen o formación empresarial no les permita advertir la gran diferencia que hay entre un cargo gerencial y otro de servicio público, debido a lo cual su desempeño gubernamental deja mucho que desear. No parecen distinguir entre ser mandante y ser mandatario, entre dar órdenes a un pequeño comité y recibir órdenes de la sociedad en su conjunto. Estos políticos se encaprichan con sus ideas, son impermeables a las exigencias de la comunidad e incluso invierten las prioridades sociales en aras de sus complejos patronales. Si el pueblo quiere pan, le dan circo; si exige satisfactores, le ofrecen superficialidades. A diferencia de los políticos de carrera que, entre otras cosas, aprenden con el tiempo el valor de la humildad. Aquellos a los que me refiero se creen infalibles, cuando no genios, y en su calidad de gobernantes terminan siendo alérgicos a la crítica. La sociedad ya se habrá percatado que estos empresarios políticos cometen errores, como todos, pero no los admiten, como si pertenecieran a una casta inexorable que no conoce las equivocaciones. También son terriblemente infantiles. Si un sacerdote los aplaude, dirán que la Iglesia está con ellos. Pero si los critican, dirán que ese sacerdote no representa a nadie. Para ellos, el aplauso es plural y la crítica es singular. Medito en ello a partir de unas declaraciones del Presidente Vicente Fox y otras del Gobernador Fernando Canales. Fox dijo que los medios publican puras babosadas y Canales comentó que "la información es un negocio". Le molestaron al Presidente los comentarios adversos publicados en los medios de comunicación sobre su viaje a Europa y sobre su pifia literaria cuando se refirió a "José Luis Borgues". Esta fue, sin embargo, la gota que derramó el vaso, pues a través de los medios la sociedad ha testimoniado su disconformidad y desencanto por el Gobierno del cambio que sustancialmente sigue siendo un proyecto, a un año de que Fox asumió el Poder. El Presidente parece no admitir que la luna de miel también tiene su cuarto menguante, y que tal es por ahora la fase en la que se encuentra su Gobierno, semiparalizado por los tropiezos de su Reforma Fiscal. En cuanto al Gobernador Fernando Canales, nos parece que su comentario de que la información es un negocio no fue muy afortunada. Tal aseveración es una perogrullada, excepto por la...
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