Página Tres / Don Vicente añora el presidencialismo

AutorRicardo Omaña del Castillo

Don Vicente añora el presidencialismo

En el sainete montado después de que el Congreso rechazó la iniciativa de Reforma Fiscal del Ejecutivo, don Vicente Fox es quien está perdiendo estatura. Sus andanadas contra los Diputados de la Oposición y su advertencia de que no aceptará una reforma que no sea la suya, tiene más miga de lo que parece a simple vista. La actitud del Presidente es arrogante, soberbia, al pretender ser el dueño de la verdad en materia económica y en política social. Da la impresión de que nos quisiera llevar de la mano a la época del presidencialismo, cuando la voluntad de Los Pinos era la voluntad del Congreso. No es así. La infraestructura democrática que Ernesto Zedillo le heredó al País no lo permite, por fortuna. Imposición y persuasión son dos cosas muy diferentes. La primera es dictatorial, la segunda, democrática. A Fox se le han hecho melcocha estos dos términos, pues ha querido persuadir de que su intento de imposición es el correcto. Ha fracasado, por supuesto. Sin embargo, el revés que recibió en el Congreso lo hizo perder la figura e hizo advertencias o amenazas de que si el País no avanzaba sería por culpa de los Diputados de la Oposición. ¿Es esto cierto o es uno más de los exabruptos de don Vicente, que le apuesta más al discurso que al buen Gobierno? No lo sabemos, pero lo cierto es que en este caso es en el Congreso y no en la Presidencia donde se ven asomos democráticos. Si se hiciera una encuesta nacional para saber cuántos mexicanos están de acuerdo en pagar el IVA en medicinas y alimentos, y cuántos están de acuerdo en que de pronto les apliquen ese impuesto a las prestaciones, vacaciones y aguinaldos, tal vez el Ejecutivo sabría que por lo menos el 97 por ciento votaría en contra de esos rubros que incluye su iniciativa. El 3 por ciento a favor sería el de los economistas improvisados y los empresarios que prefieren que se grave al consumidor y no a ellos. Ahora bien, ¿quién está procediendo en aras de la voluntad ciudadana: ¿don Vicente o el Congreso? La respuesta es obvia y se explica por sí misma, pues los señores Diputados son representantes populares, no súbditos del Presidente. Quienes desde siempre han luchado por la democracia y la legítima y genuina representatividad social, no pueden criticar a los Diputados que en esta ocasión han tomado una decisión congruente con los intereses y la voluntad populares. Nadie se opone, creo yo, a una reforma fiscal, siempre y cuando sea justa, siempre y...

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