Ovacionan su maestría

AutorMariana Montes

Para expresar aquello que más le enorgullece de los 25 años en los que ha forjado los talentos de decenas de bailarines, Rosario Murillo podría enumerar la excelencia técnica, la expresión artística y la pasión con la que cada uno de estos artistas ejecuta las coreografías.

Estas cualidades destacaron anoche en la función-homenaje "Somos la memoria", donde 14 piezas dancísticas de Murillo, maestra de la Escuela Superior de Música y Danza, se llevaron las palmas de los asistentes que casi llenaron el Teatro del Centro de las Artes.

El programa arrancó con "Claro de luna", al compás de la inconfundible música de Debussy, ejecutada por Caleb Ruiz.

Déborah Rodríguez y Andrea Saucedo, solista y cuerpo de baile del Ballet de Monterrey, respectivamente, lucieron sincronía y suavidad en sus movimientos de brazos.

Florencia Páez, de la John Cranko Schule, hizo gala de su trabajo de puntas en "Angular", mientras que Valeria Alavez y Julio Almaguer -ambos del Ballet de Monterrey- lucieron su trabajo de partnering en "Otro rostro".

Almaguer también impresionó al mostrar un exquisito trabajo en pointe en "No sé caer".

Katia Garza, directora artística del Mobile Ballet de Alabama, y Bárbara Treviño, solista de la Compañía Nacional de Danza, destacaron por su sentido histriónico en "Manos vacías" y "La Lupe", respectivamente.

Mientras, Rocío Alemán, solista del Stuttgart Ballet, mostró...

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