Óscar Burgos: Adereza con humor su caída en las drogas

AutorGabriel Garza

Cuando estaba en tratamiento en la clínica Oceánica, en Mazatlán, luchando por dejar su adicción al alcohol y las drogas, un doctor le mostró al comediante Óscar Burgos una serie de fotos de sus papás y de sus dos hijos, lo cual inmediatamente le conmovió y provocó el llanto.

Acto seguido, el médico tomó las fotos del escritorio, comenzó a romperlas una a una como si hubiera enloquecido y después las pisó ante la cara de sorpresa del creador de los personajes de Burundango y Cucufato.

"Me gritó: 'yo soy la droga, a mí me valen ma.. tus pin.. hijos, tu pin... familia. Yo soy la mariguana, me vale ma..., yo puedo acabar con tu familia cuando quiera. Luego me dijo: 'salte de mi pin... consultorio".

"Yo cuando lo vi dije: 'hijo de su pin.. ma.., le voy a romper el hocico... Al salir, me di cuenta que mi vida tenía que cambiar y que tenía que dejar de hacerme daño y a mi familia", recuerda Burgos.

Parece extraño que el que habla en el foro de un auditorio es el originario de Tampico, el tipo de amplia sonrisa que usualmente da la cara a la gente para contar chistes y llevar felicidad.

Es Óscar Burgos, quien sin una pizca de vergüenza dice que es alcohólico y drogadicto, y que cada día lucha por no volver a caer.

"Lo seré hasta el día que me muera, pero yo no quiero volver a caer. Yo ya pagué la factura y no quiero volver a tener problemas como los que tuve".

Las lágrimas que ha derramado, especialmente por su soledad, ya que ahora está divorciado y la custodia de su hijo Óscar la comparte tres días y medio a la semana con la también conductora local Luisa Fernanda, son las que le dan fuerza para no caer.

"Me dicen: '¿a poco no se te antoja una cerveza, así que se le salen las gotas de lo fría que está? Yo les digo: 'las gotas que ves ahí son la lágrimas que yo he derramado por todo lo que me ha pasado'", expresa.

Óscar le da el crédito de su renovada fe a Dios, quien lo ha salvado, y a la presencia de Óscarito, su hijo, quien ha sido como un ángel guardián.

Una de las anécdotas, donde su voz se quiebra, es aquélla en que, luego de su rehabilitación, fue un día con su hijo al super donde solía comprar cervezas.

"Antes de bajarme del carro me tomó del brazo y me dijo: 'Papá, no vayas a comprar alcohol, no vayas a comprar cerveza, porque ayer soñé que tomabas cerveza y te morías'", dice con dificultad.

Además de su carrera como "showman", desde hace año y medio, Burgos se dedica a dar charlas motivacionales a jóvenes o adultos, en escuelas o...

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