Opinión Invitada / Víctor Trujillo: El aplauso es de quien lo trabaja

AutorOpinión Invitada

A los hombres en el poder no les gustan los señalamientos en contra, y mucho menos que se les exhiba cuando cometen errores o dicen tonterías.

Tienen responsabilidades tan grandes y emociones tan silvestres que comienzan a aislarse cuando piensan que nadie valora sus sacrificios ni sus esfuerzos, cuantimenos su visión exclusiva del panorama.

Se envuelven en el ego y se rodean de cortesanos halagadores; el corifeo de focas aplaudidoras se vuelve su refugio y ya no abandonan esa burbuja de lujo que los separa de la realidad y de la gente, hasta que termina la borrachera histórica y despiertan con una cruda que los acompañará siempre.

Hay tanto por hacer y tan poco por lograr, que mejor se desconectan de la verdad. Ésa es la regla.

Con apenas dos meses en la silla y con la ventaja de poder definir el rumbo correcto para su Presidencia y el País, Andrés Manuel debe dejarnos muy claro que no se dará un paso atrás en la conquista diaria de la libertad de expresión.

En esta zona del mundo, es la primera tentación que pone a prueba a un líder, a un hombre de Estado. ¿Quien no está conmigo, está contra mí?

No es fácil padecer el escrutinio por cada cosa que se dice, es tedioso saberse en la mira del juicio que no cesa. Ser el Presidente y el vocero, el predicador y el estadista, la muralla y el ariete, quien convence y quien replica es demasiado peso, pero él sabe lo que se juega.

Nadie puede negar que cuenta con un respaldo popular incondicional sin precedente, qué bueno, pero a veces no está de más recordarle que también es el Presidente de los que lo cuestionan, lo presionan, le chiflan y lo abuchean.

Qué duro debe ser para López Obrador abandonar las mieles de la plaza pública que adora, por el protocolo chato y voraz que viene con la investidura. Pero ya es el Presidente, y aunque su agenda no le permite la dulce catarsis del mitin, la sociedad todos los días coincide en un evento masivo.

En este mismo momento hay una fragorosa batalla en las "benditas redes sociales". En una esquina están quienes dan la cara y la honra por las causas del Presidente, y en la otra esquina quienes apuestan su resto por tundir y bocabajear las ocurrencias de López.

Por más incómodo, tedioso, cargado y...

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