Opinión Invitada / Samuel García: ¿Transformación?

AutorOpinión Invitada

El próximo Presidente, Andrés Manuel López Obrador, mueve la agenda nacional a placer con sus propuestas de la bautizada "Cuarta Transformación".

En tanto, Enrique Peña Nieto, resignado al ostracismo tras el 1 de julio, no ha metido las manos en el ámbito nacional a sólo tres meses de su último día en el poder. Ni un solo "pero" al proyecto que está por iniciar.

Morena plantea la mudanza más cara en la historia del País que contempla a 27 dependencias federales, con un costo por flete de 21 mil millones de pesos por año (127 mil 800 millones durante el sexenio), bajo la bandera de descentralizar o desconcertar la administración pública.

Según el Artículo 90 constitucional y la Ley Orgánica de la Administración Pública, descentralizar significaría que deja de tener su control el Presidente, por lo tanto no se vale plantear la medida como una descentralización, pues seguirán siendo órganos del Gobierno federal. Más que un federalismo, es un centralismo maquillado.

Lo más sensato sería hacer una prueba piloto con una Secretaría, y analizar si vale la pena cambiar una o dos dependencias muy focalizadas como Turismo a ciertas zonas.

Parte del centralismo maquillado que se gesta, es la designación de 32 "coordinadores estatales" que tendrán como requisito único la bendición presidencial.

Aunque no dudamos que estén infladas las nóminas de las dependencias federales en los Estados, la concentración de poder en una sola figura pone de manifiesto el control del Ejecutivo violando el federalismo de la Carta Magna.

Este tipo de figuras cumplen funciones de embajadas, donde los Gobernadores primero tocarían piso.

La próxima Secretaria de Gobernación y ex Ministra, Olga Sánchez Cordero, remarcó hace poco que "el tribunal constitucional del Estado Mexicano es la Suprema Corte de Justicia de la Nación".

En este tenor, plantear un Tribunal Constitucional (independiente), quitaría las facultades de revisión de constitucionalidad a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Aunque es un desafío atractivo para los especialistas en la materia, más allá de lo legal, esta transformación en el Poder Judicial con la mayoría de Morena en ambas Cámaras más los aliados que se le sumen, sería un golpe hacia todos los contrapesos, un golpe político.

La conformación de este Tribunal, innecesario por las facultades de la Corte, nos llevaría a un proceso de reformas de gran magnitud, cuando al País lo que le urge es un Fiscal General autónomo.

Justamente, el tema del...

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