Opinión Invitada / Salvador Benítez: Oportunidad histórica

AutorOpinión Invitada

El Poder Judicial enfrenta sin lugar a dudas un mayúsculo reto frente a la actuación de quien hoy encabeza el Poder Ejecutivo de nuestro País.

No alcanzaría este espacio para enumerar la cantidad de ocurrencias, afirmaciones irreflexivas, ataques discriminatorios, declaraciones y acciones que el Presidente López Obrador ha externado y ejecutado en franca contradicción con los principios de protección a los derechos humanos, las garantías individuales y a los derechos políticos y sociales de los mexicanos.

El Presidente no sólo está dividiendo y polarizando, también pretende subyugar al Poder Legislativo y al Poder Judicial.

Para quien se interesa en la vida pública de México es relevante conocer las trascendentes resoluciones de la Suprema Corte de Justicia y los Tribunales Colegiados, en la importante función de contener actos violatorios del orden constitucional. Sus resoluciones inciden para conservar el correcto rumbo del País.

La relevancia que toma en este errático régimen el que los Tribunales Federales protejan a los ciudadanos, a los Estados y a las personas morales frente al autoritarismo, desatención al Pacto Federal y a obligaciones contraídas en Tratados Internacionales, resulta de vital importancia para la supervivencia del Estado de Derecho y de los propios órganos de control constitucional.

Si la Suprema Corte, los Tribunales Colegiados y los Jueces de Distrito incumplen con su responsabilidad social y obligación patriótica, ellos mismos sentenciarán su extinción como instituciones independientes del Poder Ejecutivo, para convertirse en entes sometidos a su voluntad.

Cuando un servidor público se apropia de la función que le corresponde, ejerciéndola a su arbitrio y la convierte en una herramienta de ejercicio de ideología personal o criterio doctrinario, se destruye el principio por el cual se jura cumplir y hacer cumplir la Constitución. Lo anterior se agrava cuando se trata del Presidente de la República.

Es indudable que hoy más que nunca en México, la política está por encima de la ley y del Estado de Derecho.

Los Tribunales Federales no sólo asumen hoy en día el riesgo que significa enfrentarse al crimen organizado y a poderosos delincuentes, que han llegado al extremo de asesinar cobardemente a un Juez federal y a su esposa enlutando a nuestra Patria, también se enfrentan al estatismo y el desprecio a la supremacía constitucional que revela frecuentemente el Poder Ejecutivo.

Por los medios de comunicación nos...

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