Opinión Invitada / Salvador Benítez: La comedia de la clase política

AutorOpinión Invitada

Cada día se consolida más en México una clase social privilegiada que construye muros casi infranqueables para impedir que el ciudadano común tenga acceso a posiciones claves de Gobierno.

En sus frecuentes apariciones, los políticos usan el término "ciudadano" en tercera persona. Quienes no pertenecemos a alguno de los dominantes grupos de poder somos individuos totalmente distintos a ellos. Se olvidan que también son ciudadanos y que su calidad de servidores públicos les confiere una responsabilidad mayor por tener a su cuidado los bienes de la Nación.

En buena parte los votantes somos los responsables de la agobiante situación que prevalece en el sistema político mexicano, porque seguimos eligiendo o permitiendo que lleguen al poder personajes que sabemos que están inmersos en la corrupción.

Lo más lamentable es que muchos que han sido juzgados por la opinión pública por su pobre desempeño como servidores públicos, y que no ocultan su mal habida riqueza, son protegidos por su mismo partido o se refugian en otro para buscar de alguna forma -por vía del voto directo o por representación- mantenerse dentro del presupuesto.

Ahora que se ha abierto la contienda para elecciones generales, se levanta el telón de la carpa política y observamos con sentimientos encontrados nuestro proceso electoral. Es la gran Comedia de Figurón sexenal.

Es patético observar cómo los principales partidos políticos que en México representan la oligarquía -que según la Real Academia Española se define como una "forma de Gobierno en la cual el Poder Supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social"-, se enfrascan en una simulada lucha por el poder.

Durante el periodo electoral, nuestros actores políticos (principalmente los afiliados a los partidos), se abren permisivamente a una lucha en la que se visten de héroes y pueden atacar de manera abierta a sus contrincantes.

Se vale prácticamente todo, es parte de los valores entendidos.

Con el dinero del pueblo, estos personajes no tienen otro fin que la preservación del poder, así como la protección de los intereses de los privilegiados miembros de esta clase social que, lejos de servir a México, abusan de sus puestos para satisfacer sus intereses individuales o de grupo, en los que obviamente se encuentra un sinnúmero de seudoempresarios.

Ya lo hemos mencionado antes: vemos alianzas...

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