Opinión Invitada / Rossana Reguillo: Redes y esfera pública

AutorOpinión Invitada

Sin duda alguna estamos frente a una transformación radical de los modos en que comprendemos, estamos en el mundo y nos relacionamos con otros.

La revolución digital, como se le ha llamado a la era de internet, ha cambiado nuestras prácticas y ha sacudido -a fondo- diferentes espacios, como la escuela, el ocio y la política.

Las características de esta era digital son la transformación de las ideas, las palabras, las imágenes en millones de datos y bytes distribuidos en diferentes plataformas, sitios, blogs, etc.

En lo que usted leyó estos dos párrafos, y de acuerdo a elnorte.com/tiemporeal se han producido 219 mil nuevos post en Facebook y se han escrito 22 mil 800 nuevos tuits.

Las y los usuarios de las redes sociales han subido fotos de sus gatos, su comida, han compartido sus sentimientos con una inmensa mayoría de desconocidos y han participado activamente en discusiones intrascendentes o fundamentales. ¿Qué implica esta nueva ecología?

Tres son las características principales de este ecosistema: velocidad, ubicuidad, inmediatez. Los datos circulan a una velocidad inédita, en un espacio público expandido y prácticamente en tiempo real.

Todo esto, si bien favorece la circulación de información, dificulta la validación y propicia la reacción no ponderada frente a los estímulos de una interconectividad constante.

Las redes sociodigitales, esa dimensión tan liberadora como aterradora de la era digital (Facebook, Twitter, Instagram), forman parte sustantiva de este nuevo espacio público, en el que sin duda se ha avanzado en la capacidad ciudadana para hacer visibles injusticias, vulneración de derechos, documentación de acontecimientos que de otro modo quedarían relegados u olvidados.

Sin embargo, esta esfera es también terreno fértil para diseminar y amplificar noticias falsas, odios, formas de humillación y descalificación.

En el caso mexicano actual (aunque es una tendencia que se globaliza lamentablemente muy rápido), asistimos a un acelerado deterioro del debate democrático, uno en el que el disenso y la crítica son indicadores de una esfera pública robusta y saludable.

Me interesa llamar la atención sobre el hecho de que Twitter se ha convertido en un preciado territorio en disputa política entre contendientes (opacos), que buscan generar olas de...

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