Opinión Invitada / Era post-Osama

AutorOpinión Invitada

Gerardo Rodríguez Sánchez Lara

Osama bin Laden ha muerto, el terrorismo internacional persistirá. Éste es el argumento más importante que vierten las autoridades de Estados Unidos después del anuncio del abatimiento de Bin Laden el 1 de mayo en Paquistán. También las Naciones Unidas, a través del Secretario General y del Consejo de Seguridad, manifestaron explícitamente su reconocimiento y llegaron incluso a decir que es un hito en la "lucha global contra el terrorismo".

Sin lugar a dudas, el éxito de la operación especial que lanzó el Gobierno del Presidente Barack Obama marcará un punto de referencia en la historia del terrorismo en el mundo. Este suceso se puede equiparar al arresto por parte de las autoridades francesas de Ilich Ramírez, mejor conocido como "El Chacal", terrorista-mercenario venezolano que ejecutó varias operaciones encargadas por la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en contra de agentes de inteligencia franceses. También se puede emular a la persecución y asesinato de Pablo Escobar, el narcoterrorista más importante de Colombia al que se le adjudican los atentados políticos más sangrientos de aquel país.

Al-Qaeda en el mundo

Desde que Estados Unidos lanzó su "guerra contra el terrorismo", Al-Qaeda ha visto mermada su capacidad real para llevar a cabo operaciones como las del 11 de septiembre de 2001. Washington y la comunidad internacional han tenido éxito en reducir su capacidad financiera, al congelar cuentas bancarias en naciones occidentales y al monitorear con mayor fuerza los apoyos económicos provenientes de países aliados del fundamentalismo islámico. También han dado buenos resultados las presiones políticas a los gobiernos que dieron protección y cedieron espacios para el entrenamiento de estos grupos en el pasado.

Es importante subrayar que Al-Qaeda se maneja como una organización trasnacional "sombrilla" que provee de ideología, entrenamiento y financiamiento a sus filiales nacionales. Esta organización ha tenido éxito en su estrategia de regionalización de su activad clandestina. Después de que terminó la guerra de Afganistán, los mujaidines (guerreros "santos" reclutados por Bin Laden) regresaron a sus países de origen y fundaron sus propios grupos. Dos ejemplos claros de progreso organizativo han sido la evolución del Grupo Salafista de Argelia en la ahora denominada "Al-Qaeda del Magreb Islámico" y también la estructuración de la resistencia civil en Iraq a través de una organización...

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