Opinión Invitada / Mariana Gabarrot Arenas: Niñez y clientelismo

AutorOpinión Invitada

El caos en la distribución y uso de los subsidios para estancias infantiles en nuestro Estado, por parte de los padres de familia afiliados al Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, refleja la pésima concepción de esta política pública.

Es alarmante no sólo porque arriesga el bienestar de nuestra infancia, sino también porque su planteamiento tiene todos los rasgos de una estructura machista.

Lo peor es que en las reglas de operación se declara que el programa tiene perspectiva de género. No sé qué deba preocuparnos más: que esto sea cinismo, falta de conocimiento o claro sabotaje a la agenda feminista.

Los subsidios de mil 600 pesos para niños y niñas de 1 a 4 años y de 3 mil 600 para infantes de 1 a 6 años con discapacidad, son otorgados bajo criterios sexistas, alejados de la realidad de las familias mexicanas y bastante obscuros.

Primero, se les dan a "mujeres que trabajan o estudian", como si cuidar niños y hacerse cargo del hogar no fuera trabajo. Llevamos años explicando que la mujer cuando ingresa al mercado laboral trabaja doble y que quien se queda en casa lo hace de manera invisible.

Esto implica no sólo el cuidado de los hijos, sino -a veces- un montón de actividades extra para complementar el ingreso de manera informal. Por ejemplo, planchar ropa de otras personas o hacer comida para vender.

En todo caso, el subsidio tendría que otorgarse a todas las madres, y no pedir un documento de "trabajo" cuyas características se prestarán a mucha discreción por parte de los funcionarios del registro.

Segundo, pueden recibir el dinero "padres solos", que se definen como "aquellos que no cuenten con ningún apoyo por parte de la madre", ignorando la posibilidad de que otros hombres pudieran acompañar la crianza o que la mayor parte de las familias de este País no son familias nucleares (de papá, mamá e hijos), sino extensas (en donde el cuidado es usualmente compartido por tías, abuelas, sobrinas y hermanas).

Finalmente, se da dinero a los y las tutoras legales, cuando en México a los niños se les cuida sin papeles, porque los trámites de tutoría y adopción son una pesadilla.

Por otro lado, si la idea es empoderar a las familias permitiéndoles escoger las guarderías, la política no contempla mecanismos de rendición de cuentas por parte de estas instituciones.

En caso de inconformidad, las madres no podrán más que retirar a...

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