Opinión Invitada / Marcelo González Jiménez: Ambientalistas de verdad

AutorOpinión Invitada

La política energética del nuevo Gobierno está cargada de anacronismos patrioteros y falsos discursos ambientalistas.

Ayer, durante su conferencia mañanera, el Presidente López Obrador señaló que dentro de una semana, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, presentará "la nueva política de manejo de la CFE", pero adelantó, despreocupadamente, que "no existe ningún problema, hay energía eléctrica de más".

Sin embargo, esto no sería problema si el Presidente no se hubiera mostrado nuevamente ambiguo y propagandero, ya que en lugar de referir, aunque sea someramente, un plan articulado y moderno para la generación de energía eléctrica, optó por improvisar con sus coartadas de siempre y las famosas granizadas de arcabucería con rendimientos mediáticos en contra de los chivos expiatorios de su chistera: los corruptos, tecnócratas neoliberales y demás villanos por el estilo.

Con un sermón de carácter histórico que ensalzaba las supuestas virtudes y bondades operativas que la CFE tuvo en otros tiempos, el Presidente condenó la apertura de la industria eléctrica de la década de los 80 y mencionó que México le compra a privados la mitad de la energía que consume a precios caros.

Sin embargo, sus palabras contradicen los hechos, pues recientemente el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) canceló, por instrucciones de la Secretaria del ramo Rocío Nahle, la cuarta subasta de largo plazo que se encontraba suspendida desde los primeros días de diciembre y que implicaba, precisamente, reducir las tarifas eléctricas y generar electricidad por medio de energías limpias.

Lo absurdo es que cancelan las subastas, pero la CFE recientemente compró 400 mil millones de toneladas de carbón con el fin de revivir la industria carbonífera, que es más contaminante y más cara que lo cancelado.

Esto a pesar de que el Presidente dijo en su conferencia de ayer: "somos ambientalistas de verdad, auténticos".

López Obrador se dice ambientalista, pero pretende invertir millones de dólares en construir una refinería sobre una zona de manglares, quiere rehabilitar carboeléctricas y hasta construir un tren que atraviesa la selva sin considerar los daños ambientales.

Lo más lamentable es que la cancelación obedece a un nacionalismo...

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