Opinión Invitada / Lecciones desde gringolandia

AutorOpinión Invitada

Alan Rivera

Al terminar de escribir estas líneas aún no salía humo blanco desde el Capitolio en Washington, lo que significa que Estados Unidos todavía se mantenía en riesgo de convertirse en un país "perromuertero" tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Y es que si para este martes no se llega a un acuerdo en el Congreso para aumentar el techo de la deuda pública estadounidense, cuyo tope de por sí ya es una cifra alucinante (14.3 billones de dólares), el país se quedará sin dinero para pagar sus obligaciones internacionales, forzando al Gobierno de Barack Obama a dejar de pagar cheques del seguro social o de los veteranos de guerra y usar ese dinero para honrar sus deudas en el exterior.

Su clase política, y en especial los republicanos, decidieron desde las complementarias del Congreso en noviembre último, caminar por el agudo filo de la navaja y entrar en un enfrentamiento arriesgado y extremo: los demócratas tratando de gobernar siguiendo el rumbo que le imprime la Casa Blanca, y los republicanos, quienes no cejan en su terca labor de intentar demoler a Obama, con la esperanza de arrebatarle la Presidencia en el 2012. Realpolitik que le dicen.

Y mientras este show continúa, este viernes se supo que la alicaída economía estadounidense sufrió una recaída: los primeros seis meses del año se desaceleró, tras un gris 1.3 por ciento de crecimiento.

Esto no tendría por qué preocupar al resto de países, si no fuera porque todo este entuerto "Made in USA" es una grave amenaza para el crecimiento y las reservas de la región, pues desde México a la Tierra del Fuego es, en su conjunto, el segundo mayor acreedor de deuda estadounidense, según la CEPAL.

Aunque América Latina y el Caribe amasan una histórica fortuna de 700 mil millones de dólares, éstos perderían valor si el default gringo provoca un derrumbe del dólar, amenazando de paso con tumbarse parte del robusto y promocionado crecimiento económico de la región.

Y en este nada deseado escenario, México y los países de Centroamérica y el Caribe serían los más golpeados, debido a su fuerte dependencia de la economía estadounidense. Con el 85 por ciento de las exportaciones mexicanas dirigidas al mercado estadounidense, la pulmonía recesiva no es difícil de imaginar.

Esto a pesar de que el Gobierno de Felipe Calderón ha dicho que cuenta con reservas internacionales por 132 mil 814 millones de dolares y con una línea de crédito del Fondo Monetario Internacional por 73 mil millones de dolares...

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