Opinión Invitada / Karen Batres: Residentes acosadores

AutorOpinión Invitada

Haití es un país extremadamente pobre, el más pobre del hemisferio occidental, azotado por desastres naturales.

El reciente escándalo que involucra a trabajadores de Oxfam, la organización caritativa británica, quienes explotaron sexualmente a personas haitianas, señala la trágica relación entre un explotador y una víctima que tiene que escoger entre ser explotada o morir de hambre -o ver morir a sus hijos.

¿Qué sucede cuando lo que se juega es un proyecto de vida? ¿Qué hace una persona cuyo futuro depende de tolerar ser el objeto de acoso sexual, o perder ese futuro? Lo que sucede es un silencio sepulcral ante los acosadores.

Éste es el caso común de las residentes médicas. Según la revista Forbes y la Universidad de Michigan, el 30 por ciento de las residentes en las escuelas de medicina de Estados Unidos sufren de acoso sexual.

La Gaceta Médica de México (2016) acusa que, a pesar del incremento de mujeres en medicina, el androcentrismo y las resultantes relaciones de género siguen produciendo violencia de género en las escuelas de esa área. Por ende, podemos pensar que la cifra es mayor en México.

La medicina es una carrera larga, difícil y estresante, sobre todo durante la residencia.

Entran muchos más estudiantes a la carrera que las plazas que existen para residentes, una vez que éstos salen de una escuela de medicina.

Después de haber pagado mucho en dinero, tiempo y esfuerzo, y haber conseguido una plaza de residencia, caminan en una cuerda floja.

El acoso sexual de parte de profesores y residentes varones es un hecho. En pláticas privadas, varias residentes de cierta escuela local de medicina me comentan sus experiencias, pero no se atreven a denunciar. Por obvias razones, me reservo los detalles, pero los testimonios son reales y comprobables.

Los motivos son variados: después de décadas de la práctica del acoso, la no resolución de la situación es evidente, en parte porque hasta hace poco no existían protocolos para abordar estos incidentes de manera segura.

En un caso específico, una residente se atrevió a denunciar porque pensaba que la existencia de un protocolo aseguraba su protección. Sus padres también creían esto.

Sin embargo, a pesar del protocolo, las autoridades no expulsaron al residente...

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