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Opinión Invitada / Karen Batres: '¡Fake news!'

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Vincent
AutorOpinión Invitada

Uno de los primeros actos en la destrucción de la democracia es un ataque a los medios de comunicación.

Joseph Goebbels, el astuto propagandista nazi que dio forma a la locura de Hitler, dijo que la prensa era un enorme teclado en donde el Gobierno tocaría; no una prensa libre, por supuesto, sino una herramienta en manos de dictadores.

También dijo que la mejor técnica propagandística no tendría éxito si no se tuviera siempre en mente un principio fundamental: que se limite a unos cuantos puntos que se repiten una y otra vez.

No es la tarea de la propaganda, decía Goebbels, ser inteligente, sino ser exitosa.

De todo lo alarmante que realiza la Administración de Trump en Estados Unidos, y de uno que otro político mexicano ante acusaciones o pifias reportadas en la prensa, el ataque a los medios de comunicación con el grito de "¡fake news!", o noticias falsas, es un acto que debe prender focos rojos en extremo. Es un ataque básico a la libertad de expresión plasmada en un periodismo libre de control gubernamental.

Estamos viendo las ideas de Goebbels en acción de nuevo, tal vez no con el grado de planeación férrea del propagandista nazi, pero con efectos peligrosos para la democracia.

La Administración de Trump y unos cuantos imitadores mexicanos repiten constantemente el grito de "¡fake news!" con la esperanza de que los votantes vulnerables acepten que las noticias deben contemplarse con un grado de suspicacia que raya en paranoia.

"Lo que yo digo es cierto y todo lo demás es falso" es el mensaje, sembrando una desinformación atroz a través de redes sociales ante ciudadanos que no se toman la molestia de cuestionarlo.

¿Y por qué no cuestionan? De ahí la eficacia de la propaganda: no cuestionan porque desean creer el mensaje, porque el mensaje concuerda con sus propios prejuicios y necesidades, y cualquier idea que contradice el mensaje ataca algo interno del ciudadano que pone en juego sus más profundos elementos de identidad y autoimagen.

La capacidad de cuestionar y de cuestionarse se relaciona con cierto grado de educación, madurez, conciencia social, contacto con la comunidad o curiosidad ante el mundo.

Pero el ciudadano...

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