Opinión Invitada / Karen Batres: El populismo, Opus y el polvo

AutorOpinión Invitada

Los factores que determinan el nivel de contaminación del aire por el polvo, y lo que se puede hacer para mejorar la calidad de nuestro aire, no son asunto de una consulta pública.

Los científicos, médicos y otros estudiosos exponen los efectos nocivos, o no, de la contaminación: asma, cáncer pulmonar, alergias, y otras afectaciones comunes.

Los expertos en la materia son los indicados para decidir las normas que regirán industrias, pedreras, automóviles, y otras fuentes contaminantes.

Opus, sin embargo, sí es asunto público. No es confusión lo que lleva a un Gobierno a hacer público lo que debe ser institucional y hacer arbitrario lo que debe ser público.

Aquello responde a los intereses políticos: una forma de democracia espuria donde no aplica la democracia y una verdad autoritaria donde el público debe mandar democráticamente.

El nombre para este tipo de actuar político es populismo, lo cual se apuntala en ciertas premisas de la propaganda que tan bien funcionaron para Donald Trump.

El populismo es el enemigo de la cultura porque la cultura -sea música, arte, danza- es un conjunto de expresiones sociales que nacen del dinero y del tiempo libre.

En las democracias, el acceso a la cultura se vuelve un asunto público, y Monterrey muestra museos de clase mundial y una viva expresión artística en música y danza, disponibles al público a veces gratuitamente.

Conservar los legados culturales en una democracia es la única forma de asegurar que los que quieran acceder a estas expresiones puedan hacerlo, sean o no la mayor parte de la población. La cultura artística es parte de la educación, y la educación es para todos.

El populismo, no obstante, busca los niveles más bajos de la cultura popular porque ahí es donde tiene mayor oportunidad de arrastrar votos.

La táctica propagandística más común en el populismo es la del "hombre como todos", el mensaje de "soy raza".

Este mensaje suele combinarse con uno que expresa oprobio, resentimiento o rabia hacia la política y los políticos institucionales, y ofrece como un mérito no tener experiencia en las formas usuales de hacer política.

El populismo rehúye a la ciencia siempre, porque cuando...

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