Opinión Invitada / Julio Frenk y Octavio Gómez Dantés: La vacuna de la verdad

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Por fin se ha reconocido oficialmente el subregistro de las muertes por la pandemia.

De acuerdo con un informe sobre exceso de mortalidad basado en el análisis de certificados de defunción, que la Secretaría de Salud hizo público el 27 de marzo, en México se habían producido 321 mil muertes por Covid-19, 60 por ciento más que las reportadas oficialmente hasta entonces (201 mil 623).

Ello significa que, al día del informe, México había pasado a ser el segundo país con más muertes por esta enfermedad en el mundo, sólo superado por Estados Unidos (548 mil). Brasil, con 307 mil decesos por esta causa, ocupaba el tercer lugar.

Pero México tiene 127 millones de habitantes, mientras que Estados Unidos y Brasil cuentan con 328 y 211 millones, respectivamente. Esto significa que nuestra tasa de muertes por Covid-19 es de 252.7 por 100 mil habitantes, una de las más altas del mundo, muy superior a las de Estados Unidos (167.0) y Brasil (145.5), e incluso mayor que las del Reino Unido (190.6), Italia (180.9) y España (159.0).

Unos días después, el Presidente López Obrador, en respuesta a la publicación de estas cifras, acusó a sus adversarios -"corruptos conservadores"- y a los medios de comunicación -"achichincles, voceros, intelectuales orgánicos"- de magnificar la pandemia para perjudicar a su Gobierno. La verdad es que estos grupos no tienen necesidad de hacer eso porque estas cifras son elocuentes por sí mismas y reflejan una realidad que la población ha experimentado en carne propia, pero que las autoridades se han resistido a aceptar.

Desde el inicio, el discurso oficial intentó minimizar los riesgos presentados por una pandemia fuera de control. Se nos dijo reiteradamente que pronto superaríamos la crisis. Enfrentados a cifras crecientes de casos y muertes, se trató de "normalizar" la emergencia, repitiendo que no estábamos tan mal comparados con otros países.

Pero aun con los números oficiales, México ocupaba desde entonces un deshonroso tercer lugar en el número absoluto de muertes por Covid-19 y un lamentable quinceavo lugar en la tasa de muertes por 100 mil habitantes (160.5).

Ahora las cifras procedentes de los certificados de defunción nos revelan de manera irrefutable que el manejo de la pandemia en nuestro País ha sido uno de los más deficientes del mundo.

A esta contingencia se le dio una respuesta tardía, tibia y descoordinada, que se ha acompañado, además, de una estrategia de comunicación confusa e inconsistente, y de un continuo...

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