Opinión Invitada / Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes: Defender a Salgado Macedonio

AutorOpinión Invitada

El pasado viernes por la noche el Tribunal Electoral sesionó para resolver asuntos políticamente espinosos. Ahora fue el turno de las impugnaciones presentadas por diversos candidatos que se negaron a transparentar el origen y destino del dinero que usaron en sus precampañas.

Debido a su relevancia pública, los ojos estaban puestos en el caso de Félix Salgado Macedonio, el candidato a Gobernador de Guerrero envuelto en un sinfín de polémicas en torno a temas de violencia sexual y, ahora, de violación a las leyes electorales.

Jurídicamente, la controversia es sencilla. La ley establece que si un precandidato no entrega a tiempo su informe de gastos de campaña entonces no podrá ser registrado. Salgado incumplió con esta obligación, alegando lo indefendible: que no fue ni precandidato y que no llevó a cabo actos de precampaña. El INE investigó, evidenció la farsa e hizo lo que debía: aplicar la ley y cancelar su candidatura.

Así, Morena arremetió contra el INE. Mario Delgado y el propio Salgado protestaron en sus instalaciones y, por primera vez en la historia democrática de México, dicho organismo no pudo sesionar presencialmente. Amenazaron con juicios políticos a los consejeros electorales e incluso Salgado dijo que, si no era candidato, el INE debía caer.

Quienes integran al Tribunal tenían dos alternativas: respetar la Constitución o convalidar una farsa. La mayoría optó, sin embargo, por algo salomónico. Dijeron con todas sus letras que Salgado sí fue precandidato, que no presentó su informe y que debe ser sancionado. Pero, al mismo tiempo, torturaron la ley hasta hacerla decir lo que no dice: que a Salgado se le podría imponer una sanción distinta. Así, el Tribunal se lavó las manos y pateó el balón a la cancha del INE, que deberá valorar de nuevo si se cancela o no la candidatura.

A pesar de la tibieza de la resolución, dos magistrados votaron en contra de la mayoría, aunque por razones diametralmente distintas. Mientras la magistrada Janine Otálora defendió el modelo de fiscalización y la cancelación del registro de Salgado, el único que claramente hizo una defensa de este personaje fue José Luis Vargas, ese turbio e incongruente magistrado que durante su encargo no ha hecho otra cosa más que...

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