Opinión Invitada / Jóvenes y valores

AutorOpinión Invitada

Bruno Ríos Martínez

En las calles, en las casas, en las ciudades, en la televisión, en la radio, en las historias y en las caras de nuestros abuelos, podemos ver siempre una sola cosa, escucharla y procesarla como si fuera algo completamente ajeno a nosotros: "Ya no hay valores".

Esta creencia de que ya no existen los valores tradicionales de antes, los que regían el bienestar social y familiar, viene al caso porque existe una verdad que es imposible ignorar: los jóvenes en México hemos dejado de ser un factor de cambio para convertirnos en la raíz, el alimento corrupto del problema. "El Ponchis" es un grandísimo botón de muestra.

Y es que ser joven ahora representa ser vulnerable y no un futuro prometedor y lleno de oportunidades laborales, profesionales o personales.

Ante la falta de información y de educación, nos hemos convertido en la carne de cañón del narcotráfico, los cuidadores de las puertas en los burdeles, los limpiavidrios, los rateros, los secuestradores. ¿Por qué?

La respuesta es muy sencilla: porque tenemos que comer. Un joven con hijos, una joven madre soltera, un niño de 15 años sin ir a la escuela y viendo a su padre meterse una línea de coca: todos pobres, no sólo económicamente, sino intelectualmente.

La raíz de la crisis social está en el gran número de jóvenes que se han quedado en el camino, que son parte del rezago educativo de nuestro país. Según la UNAM, existen alrededor de 8 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan (los llamados "ninis"), lo cual representa alrededor del 35 por ciento de la población menor de 30 años. En estos hechos se encuentra la vulnerabilidad de dicho sector poblacional: los jóvenes, en el sentido más estricto, esos jóvenes que no tienen educación, posibilidad alguna de sobresalir, de ser "alguien", son los que resultan víctimas del reclutamiento sistemático del crimen organizado.

Porque ser "alguien" significa ser exitoso, tener poder económico, subsistir y que otros subsistan de ti. Pero no se puede aspirar a esto si no se tienen las herramientas profesionales e intelectuales necesarias, que de por sí, no garantizan lo antes dicho.

Reitero: la gente dice, sobre todo la gente adulta, que ya no existen los valores. Yo digo que no es que no existan, sino que esos valores se han transformado.

Los valores no son más que una construcción que nos hemos creado para darle orden a nuestras prioridades, y esas prioridades y ese...

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