Opinión Invitada / Eduardo Villarreal: Del 'Mexican Moment' a la 'mexicanización'
| Autor | Opinión Invitada |
Con frecuencia se piensa que el recurso más importante en política es el dinero. Y, ciertamente, contar con recursos financieros es vital para poder implementar las ideas, los planes y las decisiones de Gobierno.
Esa visión monetarista de la acción púbica, sin embargo, excesiva en nuestra época, ha dejado de considerar algunos otros medios que en política importan, e importan mucho.
Uno de ellos es el tiempo, un recurso nada fácil de gestionar, pero siempre fundamental.
Todo gobernante sensato debería saber que el tiempo es el mejor juez de sus acciones. Y que la Historia juzga con la ventaja de la sobriedad y el viso necesarios para encontrar los matices imprescindibles en una evaluación.
El tiempo suaviza lo que hoy parece radical, difumina lo que hoy deslumbra, destaca lo que hoy es imperceptible.
Pensar que toda acción y decisión debe tener un beneficio inmediato ha llevado a la clase política actual a caracterizarse por ser corta de miras, desatendida del largo plazo. Y sobran los casos donde el costo de ser miope al futuro son altos.
La Administración del Presidente Peña Nieto arrancó su gestión apostando sus principales recursos a la lógica de reformas legales en diferentes sectores que, según su diagnóstico e intereses, deberían sufrir cambios de fondo.
Con la connivencia de la Oposición, como vimos durante meses, su agenda de Gobierno se volcó a comunicarnos (nunca a persuadirnos, por cierto) esa tozudez de "movernos".
El "éxito" logrado en esa dimensión jurídica de su mandato, medido por las varias reformas constitucionales logradas, empezó a minar una visión más amplia del equipo presidencial, si es que alguna vez la hubo.
Inició un discurso triunfalista que, nos decían, daba cuenta de una nueva época de desarrollo y avance para México. México vivía "un momento" de cisma histórico, llegaron a plantear revistas políticas internacionales de influencia.
Pero llegan los indecibles hechos de Ayotzinapa y la careta gubernamental se cae. Devela que, por apostarle fuerte a una dimensión (y sólo a una) de la realidad, la de las "reformas estructurales", se dejaron descubiertos otros frentes vitales para la sociedad. La inseguridad y la economía, por mencionar sólo dos temas torales, son ejemplo de ello.
Y del "Mexican Moment" y las trompetas llamando a celebración pasamos, en unos cuantos meses, a ser una mala referencia mundial, un ejemplo de sociedad en picada.
El Jefe del Estado...
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