Opinión Invitada / Eduardo Quintanilla: Los retos de la banqueta

AutorOpinión Invitada

¿De quién es la banqueta? Pregunta sencilla de respuesta compleja.

Para algunos es una extensión de la propiedad privada. La llaman "mi banqueta" y le ponen un piso acorde al estilo de la construcción, le acomodan rampas, jardineras y accesorios que la hacen lucir de acuerdo con el predio.

Sin embargo, para los que hacen sus trayectos a pie es su espacio público de movilidad que generalmente no cumple con condiciones para hacerlo con seguridad.

Hoy la banqueta es de todos y es de nadie.

Para despejar la duda de la propiedad y responsabilidad de las banquetas de la Ciudad, el Gobierno del Estado ha dispuesto la norma técnica estatal de aceras en la que señala que son un bien público con respecto al diseño, mantenimiento, gestión y administración, estableciendo la responsabilidad a cargo de los municipios, publicó EL NORTE el domingo.

Todo en papel suena bien hasta que llega el momento de la ejecución.

Podrán existir una norma y reglamentos municipales, pero de poco servirán si no se aplican manuales y se brinda capacitación a los ejecutores de obra pública para trabajar con estrictos estándares de calidad.

No hay que inventar el hilo negro, ya existe el manual de calles mexicanas, desarrollado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), para ser una guía. Una buena parte del contenido de la norma técnica estatal se tomó de este documento.

Existen varios retos por vencer.

El primero será cambiar la forma de trabajar, superar el ego por tener formatos de trabajo propios en cada municipio y aplicar el manual sugerido para todo el País. Dejar atrás la urgencia de diseñar para mover autos y ahora hacerlo para mover personas dando prioridad a peatones y personas con discapacidad.

La importancia de aplicar el manual está en que la norma deja muchos huecos. Sólo por mencionar un caso, el manual recomienda el color blanco reflejante para la pintura en cruces peatonales y otras señales a nivel de piso en más de 20 ocasiones, mientras que la norma estatal no incluye la palabra "blanco" en todo el documento.

El siguiente reto será aplicar términos que quedaron poco claros en lo que respecta a su ejecución, específicamente a la perspectiva de género y la...

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