Opinión Invitada / Ana Fernanda Hierro Barba: Ventana a la desigualdad

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La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018, presentada por el Inegi, es una herramienta útil para entender la distribución del ingreso en México. Principalmente porque logra captar datos de la población que se encuentra en la informalidad, que en México está calculada en seis de cada 10 empleos.

Como recién publicó EL NORTE, el ingreso corriente promedio de los hogares es de 49 mil 610 pesos trimestrales, 155 pesos diarios por perceptor o menos de dos salarios mínimos.

Pero no se deje engañar por el promedio: éste no refleja la realidad mexicana, pues solamente tres de cada 10 personas ganan ese salario o más y el 20 por ciento de la población concentra la mitad del ingreso de todo el País.

Esto aplica incluso para un Estado como Nuevo León que, si bien es el segundo con mayor ingreso corriente, con un 39 por ciento por encima del promedio trimestral nacional, también muestra una distribución desigual entre su población. El 10 por ciento más rico en el Estado gana 15 veces más que el 10 por ciento más pobre.

Lo que seguramente ya identificó, querido lector, es que la ENIGH devela una serie de desigualdades e inequidades entre los extremos que obedecen a características sociodemográficas puntuales, al menos bajo las siguientes líneas: presencia de discapacidades, pertenencia a grupos indígenas, educación, urbano vs. rural y género. Veamos.

Presencia de discapacidades: mientras que el ingreso monetario promedio por trimestre es de 18 mil 016 pesos, para una persona con discapacidad es un 36.5 por ciento menor.

Grupos indígenas: si la persona habla una lengua indígena ingresa el 44 por ciento de lo que una persona promedio a nivel nacional.

Educación: si la persona estudió máximo la primaria, el ingreso promedio es menos de la mitad que la media nacional. En contraste, una persona con posgrado completo o incompleto tiene un promedio de ingreso monetario trimestral de 86 mil 880 pesos, es decir, casi cinco veces más que el promedio nacional y 10 veces mayor que una persona con sólo la primaria terminada.

Urbano vs. rural: a nivel nacional, el ingreso corriente promedio de las zonas urbanas es casi el doble que el de las rurales.

Género: si se es hombre, el ingreso es 22 por ciento mayor que el promedio (21 mil 916 pesos), mientras que para una mujer es 38 por ciento menor (13 mil 595 pesos) que el de un hombre.

Si además cruzamos otras características al hecho de ser mujer, las desigualdades se agudizan: las mujeres...

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