Nombres, Nombres y... Nombres/ Preparan ya acciones legales vs Pfizer

AutorAlberto Aguilar

EL AÑO PASADO ya le adelantaba de los vientos de guerra que se vislumbraban en la relación entre Warner Lambert México que dirige Miguel Lomelí López y su red de 16 distribuidores de los productos Vanart, que es una marca doméstica de fuerte penetración en lo que hace a shampoos y otros productos para el cuidado del cabello.

Bueno, pues por estos días, ahora sí se generalizarían una serie de acciones contra Warner Lambert, empresa que fue comprada en el 2000 a nivel global por Pfizer, creándose una compañía que hoy tiene ventas por más de 32 mil millones de dólares y que maneja productos como el Viagra, esa innovación que le generó pingües ganancias en 1998, Celebrex, Bextra, Diflucan, Benadryl, Sudafed, Lubriderm, Neosporin, Rolaids, entre otras. De hecho, se trata de una compañía que en 1997 fue catalogada por Fortune como la más admirada.

La compra de Warner Lambert le permitió incorporar una buena gama de artículos como Schick que podría quedársele Energizer, Adams que probablemente en abril ya sea de Cadbury, Certs, Clorets, Halls y otros de Parke Davis como Listerine y Dilatin.

El problema es que una vez realizada esta compra-venta, Pfizer de EU también decidió deshacerse de Vanart, marca que tiene un significado muy relativo, dado que sus ventas, aunque en su mejor momento en 1996 llegaron a unos 60 millones de dólares, hoy se encuentran en algo así como 35 millones de dólares, que no es mucho para el tamaño de esta multinacional.

Ya hay un acuerdo en principio con Global Emerging Market que representa en AL, Julio Manríquez. Lo malo es que el 28 de febrero pasado se venció una segunda prórroga para liquidar la operación que andaría apenas en unos 10 millones de dólares. Estiman los distribuidores que se malbaratará.

Ellos trataron de aplicar para quedarse con un negocio en el que muchos llevan años involucrados. Vaya, desde que Vanart era una compañía mexicana. Sin embargo, nunca lograron ser considerados y lo peor de todo es que sus condiciones contractuales no se han respetado, aseguran.

Los de Pfizer que encabeza Hank McKinnell, ya dueños de Warner Lambert, comenzaron a tener un contacto directo con la clientela más allá de los derechos de su red. Entre los arreglos más dolorosos para éstos, estuvieron los de las tiendas de autoservicio en donde la estadounidense aplicó en condiciones mucho más ventajosas. Además se comenzaron a resentir problemas de abasto, falta de inversión en publicidad y promoción directa.

Ya hay un...

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