Noche de brujas, chocolates y galletas

AutorDora Isabel Franco

Fiestas, dulces, disfraces y diversión es en lo que se piensa cuando se recuerda la Noche de Brujas o el famoso Halloween, pero ¿verdad que desconoce la historia de esta celebración?

Cuentan que un vividor irlandés llamado Jack Lantern tuvo la desgracia de toparse con el diablo en una taberna, la noche del 31 de octubre; ya había bebido mucho y estaba a punto de caer en manos del demonio, cuando acordó con él ofrecerle su alma a cambio de una última bebida.

Para pagarle al cantinero, el diablo tomó la forma de unas monedas, pero rápidamente Jack se lo metió en su bolsillo, y como tenía también ahí una cruz de plata, el diablo no pudo cambiarse a su forma original y le rogó que le permitiera salir; Jack no lo dejó salir hasta que lo hizo prometer que no reclamaría su alma ofrecida en los siguientes 10 años, a lo que el demonio estuvo de acuerdo.

Al cabo de ese tiempo, Jack se lo encontró de nuevo; entonces el diablo le reclamó su alma y Jack acordó dársela, pero antes le pidió que le alcanzara una manzana que pendía de un árbol; el diablo, pensando que no tenía nada qué perder, saltó a los hombros de Jack para alcanzar la manzana, pero Jack sacó su cuchillo y lo clavó en el árbol formando una cruz, dejándolo de nuevo imposibilitado para obtener su alma; esta vez Jack hizo al demonio prometer que nunca más volvería a reclamarle su alma.

Años después Jack murió y, por haber sido un tomador toda su vida, no fue admitido en el cielo, así que cuando intentó entrar al infierno, tampoco fue recibido, debido a la promesa hecha por el diablo de nunca tomar más su alma.

"¿A dónde puedo ir?", preguntó Jack, a lo que el diablo contestó: "De vuelta al lugar de donde vienes", y como gesto final le tiró una brasa del infierno para que se iluminara en su camino, la misma que Jack colocó dentro del nabo que se estaba comiendo, haciéndole hoyos para iluminarse.

Desde entonces se dice que el Jack de la linterna busca su alma por todo el mundo y llama a las puertas esperando encontrarla.

En la actualidad, la leyenda transcurre y esa noche los niños, guiados por una persona mayor, salen a las calles disfrazados de diversas formas con el fin de obtener dulces y regalos de los vecinos.

Años después de la muerte de Jack, los campesinos irlandeses seguían recordando su imagen, por lo que el 31 de octubre trataban de espantar a los espíritus deseosos de revivir. Y para ellos es que dejaban, afuera de sus casas algunos dulces y regalos, ya que tenían miedo de que...

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