'No sabía para dónde correr'

AutorCésar Cepeda

El desenlace pudo haber sido peor.

Las circunstancias para un tragedia mayor estaban dadas: a una cuadra del tiroteo de ayer en la Colonia Residencial Azteca, en Guadalupe, donde unos pistoleros acribillaron a un joven e hirieron a otros dos, cientos de niños y niñas tomaban sus clases en una escuela primaria y un jardín de niños.

Al escuchar las detonaciones de las armas, en pleno mediodía, los niños se tiraron al piso como establece el manual de la Secretaría de Educación para situaciones en riesgo, pero los gritos de miedo y desesperación de los alumnos fueron escuchados por los comerciantes y clientes de un mercado sobre ruedas que se ubica en la zona.

"Los niños de la escuela gritaban desesperados. Gritaban bien feo: como si ya estuvieran traumados", recordó una vendedora de frutas.

"No paraban de llorar y de gritar".

La situación en la Escuela Primaria 20 de Noviembre, ubicada en la calle Miguel Francisco Zaragoza, a una cuadra de la calle Sayula, donde se registró el ataque, estuvo a punto de salirse de control con la balacera.

La directora del plantel aseguró que los cerca de 300 alumnos que cursan primaria se resguardaron en sus salones de clases, pero la situación se complicó cuando llegaron las madres por sus hijos.

"Aquí fue el daño psicológico", contó la profesora.

"Ya después era tratar de calmar a las señoras que nos querían tumbar las puertas. Las tuvimos que dejar pasar. Finalmente son sus hijos".

Pero la verdad, el desenlace pudo haber sido peor.

Frente a la escuela, en la calle Miguel Francisco Zaragoza, también se había puesto como todos los miércoles un pequeño mercadito sobre ruedas, donde las señoras, que escogían las mejores frutas y verduras de la temporada, tuvieron que refugiarse de los balazos.

Las mujeres estaban muertas del miedo.

"¿Qué hacemos?", le preguntó angustiada una señora de edad avanzada a una de las vendedoras cuando comenzó a escuchar los balazos.

"Véngase de este lado y métase aquí abajo del puesto", le ofreció.

Algunas dejaron tirados sus carritos de mandado con mercancía apenas comprada.

Un vendedor confundido dudó sobre qué hacer. Los balazos los escuchaba por todas partes.

"Yo no sabía...

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