No por mucho madrugar...

AutorCésar Cepeda

"No veo las letritas ", se queja Anastacio Govea, un viejo de 65 años que tiene pegado sus ojos en las listas nominales de la casilla 1590, ubicada en la popular Colonia Tierra y Libertad. El hombre mira a todos los lados, pero nadie sabe de su problema y a él le da vergüenza pedir ayuda.

Un extraño se acerca y le pide su credencial de elector. Checa y confirma el nombre del viejo en la lista.

Anastacio recibe la noticia con una sonrisa. "Siempre he votado aquí, pero un compadre me dijo que esta vez iba a cambiar ", dice.

A las 8: 30 de la mañana, la casilla 1590 es lo más parecido a la casa de la novia durante los preparativos de la boda. Hay un desorden que se eleva al caos, provocado por las tres casillas -básica. contigua y contigua 2 -que están ubicadas en una escuela primaria.

El presidente de una de las casillas para votaciones federales apenas acaba de llegar y no encuentra a sus funcionarios. Su secretario, César Carranza García, llegó a la hora indicada, preguntó a los auxiliares de información de la Comisión Estatal Electoral, pero nadie le supo decir algo sobre su nombramiento.

Él traía el nombramiento de funcionario de casilla, pero otorgado por el IFE, y no por la Comisión Estatal Electoral. La presidenta de la casilla local le notificó que no estaba registrado.

"Yo cumplí y ya me voy ", avisó antes de marcharse. "Así tengo tiempo para ver el futbol ".

El presidente de la casilla contigua I también sufre sus problemas.

No encuentra a su segundo escrutador.

"¿Qué puedo hacer? ", pregunta mientras se rasca la cabeza. "Nadie me quiere ayudar ".

Los votantes han comenzado a desesperarse en la fila. Maldicen entre ellos, susurran groserías a los funcionarios y otros se mofan de la situación.

"Desde anoche están chin... la madre en la televisión de que hay que votar ", explota Pablo Covarrubias. "Es la misma chin... de siempre ".

Don Pablo es un señor de la vieja guardia. Lleva guayabera celeste, sombrero ranchero y botas estilo western. No sabe leer ni escribir, pero es dueño de un vocabulario muy extenso y folclórico.

-¿Por quién va a votar? "Por nadie. Es la misma chin... de siempre ".

-¿Entonces para qué hace fila? "A mí me gusta hacer fila ".

Madre de 8 hijos, viuda desde hace 10 años, doña Gerónima trabaja como sirvienta en una residencia de la Colonia del Valle. Hoy luce algo preocupada porque su entrada es a las 8 de la mañana.

Mira su reloj y faltan 10 minutos para las 9.

"Me va a correr la patrona ", se queja.

Ella fue la...

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