No hay amor más sincero...

AutorEL NORTE / Staff

Las emociones que despierta lo que pones en tu plato van más allá de una glotonería simplista.

Los bocados son un fino hilo conductor de tus recuerdos; comer es volver a convivir con quienes ya no están, viajar a lugares y momentos grabados en la memoria. La mesa es una metáfora de la vida, asegura el historiador Massimo Montanari.

Cierto, la comida satisface una necesidad básica; sin embargo, tu universo alimentario y los más íntimos sentimientos respecto a lo que te llevas, o no, a la boca están finamente delineados por tu historia y visión del mundo.

Según la doctora en antropología Laura E. Corona, el ser humano es instruido sobre su gama de posibilidades comestibles incluso antes de existir: durante el embarazo, la madre aporta, mediante el cordón umbilical, un catálogo de sabores.

Las asociaciones positivas con la comida se refuerzan durante la lactancia. Cuando la madre amamanta, además de aportar nutrientes, brinda sensaciones de seguridad y protección a su bebé, explica la maestra Fátima Moneta, especialista en atención psiquiátrica de la Secretaría de Salud.

"Hay una relación entre la amígdala, que concibe la alimentación como una necesidad básica, y el córtex cerebral, generador de recuerdos y emociones, donde las neuronas de la memoria hacen conexiones a partir del olfato y el gusto", señala la especialista.

Lo que sientes por la comida no es sólo por necesidad nutrimental, sino por herencia cultural.

"Lo que une a las personas con sus alimentos es la cultura que los vincula con sus antepasados. La comida es un elemento muy fuerte a nivel emocional y cultural", apunta Corona.

COMPARTIRLA

La comida es, entonces, pensamiento y sentimiento, pero también un protocolo de usos, situaciones y conductas, según explica el filósofo Roland Barthes.

Comer en compañía es típico -no exclusivo- de los seres humanos. De acuerdo con la antropóloga Laura E. Corona, los alimentos son un vehículo para establecer relaciones y la comensalidad el conjunto normativo que cada cultura establece.

"Una serie de normas rigen la comensalidad, no solo entre las personas vivas, también con otras entidades, como los espíritus, con los que algunas personas se relacionan a través de la comida, en forma de ofrenda, para mantener relaciones de unión e intercambio", señala la especialista.

De acuerdo con el historiador y gastrónomo italiano Massimo Montanari, en todos los niveles sociales, compartir la mesa es la primera muestra de aceptación en un grupo.

Sí, tu...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR