El niño terrible del teatro

AutorRosa Linda González

Tiene 38 años, pero parece niño grande: alto y fornido, con unos ojos claros tan enormes como la sonrisa que nunca se le borra del rostro.

No es sólo la apariencia: Hernán Galindo encierra en su interior al niño que a los 8 años se fascinó con la fantasía de la televisión y el cine.

En las tardes de los 60, luego de ver "Perdidos en el Espacio", él también se perdía para darle vuelo a la imaginación recreando el capítulo completo en cómics muy bien dibujados.

Este espíritu infantil lo ha llevado a incursionar en todas las ramas del teatro como actor, director, dramaturgo y diseñador de vestuario.

También tiene varios récords en un mundo donde es más difícil materializar el éxito: el teatro. Desde el año pasado, "Claudio, eres ¿eso?", comedia dirigida y adaptada por él, se adueñó del público y la taquilla y pasa las 800 representaciones.

Pero antes, en 1994, con "Genesio", estuvo 11 meses en cartelera presentándose sólo los fines de semana en la Nave Sopladores de Fundidora.

Ese mismo año tuvo montadas al mismo tiempo cuatro obras de diferente género y todas de su creación: "Genesio", tragicomedia; "Las Bestias Escondidas", drama; "Cuando el Gallo ya no Canta", comedia, y "Tilín Clarín", comedia infantil.

Por eso resulta casi imposible creer que ya no esté tan interesado en el teatro como para dedicarle el resto de su vida.

Volver al origen

Vive de su trabajo y considera que es porque ha hecho de todo dentro del teatro, incluyendo la organización de desfiles monumentales, como el de los Caramelos y el de Fin de Año pasado.

Así que es el momento para retomar lo que dejó en su infancia, el gusto por la literatura fantástica.

Se trata de una novela de ciencia ficción sobre un viajero a través del tiempo y del espacio.

"Con la novela no estoy buscando un nuevo lenguaje, no voy a innovar la literatura, lo que quiero es contar una serie de fantasías. No estoy intentando que nadie me descubra como literato".

Ni siquiera tiene editor todavía, así que este paso es de realización personal.

De hecho, él no sabe de dónde le viene la fantasía, ya que en su casa todos son prácticos y lógicos.

"Creo que soy hijo de la televisión", dice divertido.

En años recientes, su mamá, Esperanza, se dedica al teatro con un grupo de la tercera edad, en un claro caso de influencia a la inversa.

Hernán es el más pequeño de cuatro hermanos, nació en el seno de una familia de clase media alta que le ofreció el apoyo irrestricto en sus aficiones.

Ahora piensa que la fluidez...

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