Un muster en arcilla

AutorMarco Almaraz

Austria es un país que por su circunstancia geográfica y climática no es tan propicio para la práctica del deporte blanco como en otras latitudes, pero pese a ello tuvo su raqueta maestra en Thomas Muster hace 20 años.

El zurdo llegó a ser número uno del mundo en 1996, ganó 44 títulos de la ATP, pasó a ser el primer tenista de su país en ganar un torneo del Grand Slam y se coronó en ocho Masters 1000.

Después del sueco Bjorn Borg y del argentino Guillermo Vilas, Muster se volvió en uno de los jugadores de más alto nivel en canchas de arcilla. Los aficionados tricolores pueden dar testimonio de ello, pues lo vieron ganar las cuatro primeras ediciones del Abierto Mexicano en Acapulco.

Tras debutar en el profesionalismo en 1984, su carrera se vio interrumpida cinco años más tarde, al ser atropellado por un auto.

Los médicos le habían pronosticado que pasarían al menos 10 meses antes de pisar de nuevo las canchas, pero Muster lo hizo con cuatro meses de anticipación y entonces inició un vertiginoso ascenso que lo catapultó a la cima.

Comenzó a imponer su ley en la arcilla y en 1995 alcanzó la gloria en Roland Garros, al vencer en la Final al aguerrido estadounidense Michael Chang.

Para entonces, el austriaco ya era conocido con el mote de "El Rey de la tierra" y ese mismo año hilvanó una racha de 40 partidos ganados en forma consecutiva. Se adjudicó 12 títulos de 14 Finales disputadas.

En 1996, el...

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