Muestran niños fortaleza

Hoy se cumplen dos años de la tragedia que privó de la vida a 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el 5 de junio de 2009. Desde entonces, la justicia tiene pendientes. Los menores que sobrevivieron nos cuentan su historia y nos muestran sus ganas de salir adelante, pero sus padecimientos los tendrán marcados de por vida.

'Yo soy bien fuerte'

Rolando Chacón

HERMOSILLO.- Sostenida de la carriola, Dana Paola luce desinhibida cuando se pone a platicar de sus perritos.

"La Teresa me muerde mucho y me hace cosquillas", dice sonriendo con su vocecita infantil de 4 años y 3 meses pronunciando la letra "R" como si fuera una "D".

"La Teresa me hace cosquillas y me persigue, pero el Duvalín no, él juega conmigo".

¿A qué te gusta jugar?, se le pregunta.

"Me gusta jugar a la computadora, me enseña cuál letra es".

La pequeña conoce la letra "M" de mamá, la letra "D" de Dana, la letra "A", de repente duda, pero atina con la "T" de tren.

A dos años de la tragedia que le causó quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo, Dana Paola puede considerarse algo más que un caso de éxito en recuperación, ya que fue diagnosticada en México y Estados Unidos con daño cerebral severo.

"El humo le afectó mucho el cerebro, le mató todo el lado derecho y la mitad del lado izquierdo, le quedaba un pedacito que no se había afectado y eso le cortó el canal del habla, no podía mover nada, nomás movía los ojitos", relata su mamá, Marisela Montaño.

"El diagnóstico de Shriners (clínica especializada en quemaduras) fue que mi hija no iba a ver, no iba a poder hablar, ni moverse, me la entregaron en un portabebé y me dijeron, tu hija de dos años se quemó, pero te entregamos una de 7 meses".

Al llegar a Hermosillo tres meses después del incendio, el neurólogo no tenía un diagnóstico diferente, aun así le prescribió seis meses de medicamento, pero sólo requirió uno solo.

"El doctor estaba sorprendido. Dijo: 'Creo que una en muchos millones'. Y es que el cerebro se limpió y las neuronas muertas no se vuelven a regenerar, la niña comenzó a regenerar neuronas, empezaron a conectarse y ella empezó a recuperarse; con un mes de tratamiento tuvo", relata Montaño.

A partir de ahí, no pasó un solo día de los últimos 21 meses en que Dana Paola no asistiera a terapia, ya sea psicológica, ocupacional, física, en agua, equinoterapia y demás.

La niña, que durante casi dos años tenía miedo a la oscuridad y dormía únicamente tres horas al día, comenzó poco a poco a recuperarse; lleva...

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