Muere la poeta Pita Amor

AutorAntonio Bertran

EL NORTE/ MEXICO

MEXICO.- En sus últimos días de vida Pita Amor habló sobre la muerte, pero no lo hizo de manera serena porque "nunca se refirió a nada con tranquilidad, siempre mostró angustia", dijo su sobrino, el médico Juan Pérez Amor, a cuya casa de San Jerónimo se mudó la poeta a principios de año.

La mujer que destacó en la infancia por su memoria y a los 26 años empezó a construir su propio mito con la publicación del poemario "Yo soy mi casa", vivió recitando sus poemas y los de autores como Lope de Vega y Rubén Darío hasta que el pasado lunes entró en un estado de inconsciencia.

A las 18:30 horas, a los 81 años de edad, un paro respiratorio causado por la neumonía la encaró con el misterio de uno de sus versos: "Hoy soy todo, mañana ya no existo".

Los restos de Guadalupe Amor Schmidtlein, que ayer fueron cremados en el Panteón Francés de San Joaquín en la más estricta intimidad, serán depositados este jueves en la tumba de la familia, donde ya descansan su hermana Manuela Amor de Hill y su hijo Manuel, quien murió ahogado en un pozo un mediodía de julio de 1961, cuando sólo tenía 19 meses de edad.

Gerardo Estrada, director del Instituto Nacional de Bellas Artes, anunció que el 31 de mayo se realizará un homenaje póstumo en honor de la autora de "Polvo" (1949) y "Décimas a Dios" (1953) en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

"La pérdida es lamentable, como la de cualquier artista", dijo el funcionario, "pero Pita Amor no sólo es una gran poeta, sino que forma parte de los mitos y leyendas de la vida cultural del país".

Temperamental y hermosa, de ella se decían muchas cosas, tanto falsas como verdaderas: que Alfonso Reyes le escribía los poemas; que a una fiesta llegó vestida de amante del Rey Eduardo VIII; que no toleraba a la gente morena; que tuvo affaires con toreros, actores, escritores y artistas como Carlos Arruza, Ricardo Montalbán, Pablo Neruda y Diego Rivera, y que tachaba de "insensibles e incultos" a críticos como Archibaldo Burns cuando le sugerían que dejara la métrica clásica y se iniciara en el verso libre.

Maestra de la décima y del soneto, Pita Amor fascinó a poetas como el mencionado Neruda que le daban sus versos para tener el placer de escucharla recitarlos. Pero tuvo otros admiradores que se alejaron de ella por discrepancias personales, políticas o de oficio literario.

Elvira García, autora de "Redonda soledad. La vida de Pita Amor" (Grijalbo, 1997), apunta que a pesar de su insistencia, nunca...

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