MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Hay en el cementerio de Ábrego una tumba. El viento que sopla en los otoños lleva por las calles del pueblo sus palabras:

"...A nadie amé en la vida, y no dejé que alguien me amara. Por egoísmo viví solo, y morí solo también, porque la soledad es el único fruto que el egoísmo da.

"No visiten mi tumba, la de las flores grises. Aquí no llegan ni los pájaros, y hasta la luz del sol se vuelve opaca al dar por las mañanas en su losa. No se acerquen: todavía hay en mí sombras de...

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