MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

San Virila salió de su convento. Iba al pueblo a buscar el pan para sus pobres.

En el camino vio a una niña que lloraba. Le preguntó, apurado:

-¿Por qué lloras?

Respondió la pequeña:

-Se me rompió el vestido, y mi madre me va a regañar.

El frailecito se angustió:

-No tengo hilo ni aguja -dijo-. Y si los tuviera de nada me servirían porque no sé coser.

La pequeña se echó a llorar de nuevo. La consoló San Virila:

-Ya no llores.

Hizo un movimiento con su mano y de la altura bajó un ángel que traía en las alas hilos de todos los colores y agujas de todos los...

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