Mirador

AutorArmando Fuentes Aguirre

San Virila salió de su convento una mañana. Llevaba el firme propósito de no hacer ese día ningún milagro. A él los milagros le fluían como a Mozart la música, pero el padre superior le había ordenado que pusiera freno a sus prodigios, pues los peregrinos que de todas partes venían a mirarlos causaban molestias en el vecindario.

En eso San Virila oyó el llanto de un niño. Lloraba el pequeño porque su gatito había subido a la más alta rama de un árbol y no podía bajar. San Virila, con sólo un movimiento de su mano, habría podido hacer que el minino bajara por el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR