MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Me alegró mucho el otorgamiento a Bob Dylan del Premio Nobel de Literatura.

No es él un poeta en el sentido estricto de la palabra. Pero ningún poeta lo es en ese sentido. Lo que hace que cada poeta sea un poeta es haberse liberado del sentido estricto de las palabras.

Con Bob Dylan, el Premio Nobel que siempre ha llegado sólo a las capillas y cenáculos, a los círculos académicos e intelectuales, llega ahora a la calle, al Metro, a los bares, a la ciudad donde los muchachos gritan y los hombres y las mujeres cantan y maldicen. Es un saludo a la gente común; un reconocimiento...

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