Miguel Reyes González/ Volver por sus fueros

AutorMiguel Reyes González

La Iglesia católica en México vuelve por sus fueros. Con el argumento de que el orden moral y espiritual tienen que ver con la esfera de lo económico, de lo político y de lo social, esta milenaria institución está hoy más decidida que nunca a recuperar el lugar que considera suyo.

Atenta siempre al devenir histórico nacional, la Iglesia, a través de sus representantes, los Obispos, no ha permanecido sólo como mera espectadora del acontecer público; todo lo contrario.

A ocho años de que fueran promulgadas las reformas constitucionales que le otorgaran el reconocimiento jurídico, legalizaran su participación en la educación y le restituyeran su posibilidad de adquirir bienes, la Iglesia católica (IC) en México ha ido incrementando su protagonismo en la vida pública del país. De esos años para acá, de manera sistemática y a veces en tonos un tanto ríspidos, destacados miembros de la jerarquía católica han dejado oír sus puntos de vista sobre los asuntos más importantes que aquejan a la nación.

Prácticamente no hay día en que no aparezcan publicadas en la prensa las opiniones de alguno de estos jerarcas sobre cualquier asunto de relevancia nacional. Así, por ejemplo, estos príncipes de la Iglesia no han tenido empacho en criticar el modelo económico neoliberal, del que señalan ha servido para enriquecer a unos pocos y sumir en la pobreza a más de la mitad de la población. De igual manera y sin disminuir el tono, han enfocado sus cuestionamientos hacia el sistema político, específicamente en lo que se refiere a la corrupción y al respeto a los derechos humanos. Asimismo, han manifestado su exigencia al gobierno por el esclarecimiento de la muerte del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Más allá de estos cuestionamientos que además son válidos, los obispos han reclamado en reiteradas ocasiones y ante diferentes foros el derecho de la IC a mayores espacios de participación en la vida nacional. El gobierno, por su parte, ha mantenido inflexible su postura de señalarle a la Iglesia (y a la Iglesias) las limitaciones que marca la ley en cuanto a su intervención en la vida pública del país. En concreto, las autoridades federales han insistido en que la rama clerical de la Iglesia se abstenga de tomar parte en la vida política nacional.

En las últimas semanas, sin embargo, diversos miembros del alto clero han vuelto a la carga en su afán por exigirle al gobierno que amplíe sus derechos. Incluso, han hecho declaraciones un tanto desafiantes que ponen de...

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