Miguel Reyes González / Les ha valido
| Autor | Miguel Reyes González |
Si por algo va a ser recordada la gestión de Natividad González Parás, seguramente será por ese capricho llamado Fórum, pero también por la inseguridad que no pudo o no quiso combatir. Tuvo el tiempo y los recursos y no los aprovechó.
En poco más de cuatro años y medio no se han dado ni las acciones contundentes, ni una política decidida que frene la ola delictiva que ha asolado a Nuevo León. Las estadísticas así lo reflejan. Aun las generadas por la propia Administración estatal.
Porque, a pesar de que las cifras oficiales -que de entrada siempre son cuestionables- indican una disminución en la incidencia de algunos delitos, ésta ha sido muy leve. La baja de este año respecto al anterior es, a todas luces, insuficiente para afirmar que se ha trabajado de manera resuelta en la cuestión.
Pero, más allá de los pobres resultados que muestran los datos de la Procuraduría General de Justicia, está la percepción de la sociedad. En los últimos años, la ciudadanía ha manifestado de forma reiterada, en distintas encuestas y foros, que el principal problema en la entidad es la inseguridad.
Y cuando los reclamos de diversos grupos llegan a las páginas de los periódicos, las autoridades estatales responden de manera mediática. Insertan costosos e inútiles desplegados en la prensa para intentar demostrar algo que la población no cree o no le dice nada.
Es sólo cuestión de ver las reacciones que aparecieron publicadas esta semana, tanto de los lectores de los periódicos, como de los líderes de varias organizaciones civiles. El común denominador es la suspicacia y lo poco significativo que resultan los números oficiales, frente a lo que día con día viven no pocos nuevoleoneses.
Las "explicaciones" que da el Gobierno tampoco convencen. Una y otra vez Natividad se ha escudado en la ola de inseguridad nacional para justificar la que padecemos en el Estado y su incapacidad para afrontarla.
Con esa sistemática respuesta, González Parás ha renunciado a una de sus principales responsabilidades. Y de ello pagará la factura.
Nadie ha dicho que enfrentar a la delincuencia sea tarea fácil, particularmente en estos días. Hoy, semejante empresa es costosa, desgastante, peligrosa e interminable.
Precisamente por todo lo anterior, esta Administración debió concentrar sus esfuerzos en darle la batalla a la inseguridad en sus múltiples frentes. No lo ha hecho.
De poco sirvió el buen diagnóstico con el que inició el actual gobierno y que está plasmado en...
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