Miguel Reyes González / Nuevo León rojo

AutorMiguel Reyes González

El título de esta colaboración puede sonar dramático y hasta exagerado. La realidad, sin embargo, pinta de ese color al Estado en cuanto a homicidios dolosos se refiere.

De acuerdo con datos de la Fiscalía General de Justicia, mayo cerró con 80 asesinatos, 19 por ciento más que en abril. Aún no se cumple el primer semestre de este año y ya esta clase de crímenes suman más de la mitad de todos los que se cometieron en el 2018.

En su descargo, las autoridades estatales podrán decir, como en otras ocasiones, que Nuevo León no tiene el mayor número de muertes violentas en el País. Hay 21 Estados en peores circunstancias, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Sin embargo, eso no es ningún consuelo para quienes aquí vivimos, pues con todo y ello, la violencia es una realidad para los nuevoleoneses. Ahí están para mostrarlo las mediciones sobre la percepción de inseguridad que instituciones públicas y privadas hacen recurrentemente.

Además, si los responsables de la seguridad en el Estado quisieran entrar en el camino de las comparaciones, se estarían dando un balazo en el pie. Desde el 2016 los homicidios dolosos han ido en aumento y el peor año ha sido el pasado, con 825 asesinatos.

Este año podría superar al anterior si las autoridades estatales, pero también las municipales, no emprenden una estrategia efectiva y conjunta. Y es que lo que han hecho hasta ahora nomás no ha funcionado.

Una de las medidas que han intentado son las detenciones. En febrero, el Secretario de Seguridad, Aldo Fasci, informó que a 13 días de iniciado el Operativo Metropolitano de Seguridad, 827 personas habían sido detenidas por diversos delitos violentos.

Dos meses después, Fasci afirmó que debían hacerse más detenciones, pues los sujetos aprehendidos ya habían sido reemplazados. Ésta ha sido evidentemente una estrategia fallida, porque es equivocada.

Detener, vincular a proceso y encarcelar, son tres asuntos distintos. Las meras detenciones son apenas el comienzo. Y aun cuando se lograra meter a la cárcel a todos los detenidos, esto no garantiza que disminuya el número de homicidios dolosos.

El estudio "What caused the crime decline?"...

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