Lo Mejor de US/ Michelle Pfeiffer: Se ve tan perfecta

AutorTodd Gold

US Magazine Service

Al estar sentado frente a Michelle Pfeiffer, uno no puede evitar pensar: "Así que así es el verse absolutamente perfecta".

En persona es increíble, de hecho, no tiene defectos. Casi resplandece. Su melena, una maraña de dorado y castaño claro que cae sobre sus hombros, está ligeramente alborotada. Su piel está libre de imperfecciones y ligeramente bronceada por el Sol. Su pantalón de mezclilla y camiseta le ajustan como a un maniquí, y su pancita -la pequeñísima parte sexy expuesta- está tonificada y plana. Es obvio que aquí está una mujer que nunca se levanta por las mañanas, como tantos de nosotros lo hacemos, y queda boquiabierta al ver una espinilla o batalla para abrocharse el pantalón debido a la pizza de anoche.

Así que cuando Michelle Pfeiffer se sienta y tira una buena porción de su comida -un plato de salmón y una ensalada de lechuga- en el sofá, uno piensa: "Gracias a Dios, es humana", y eso también es perfecto.

La verdad, el accidente le despierta una risita a Pfeiffer, cuyos pensamientos están en otro lugar al tomar un momento para mentalmente exhumarse de una recién terminada sesión de fotos para promover su nueva película, Revelaciones (What Lies Beneath), un "thriller" que protagoniza con Harrison Ford.

"Odio que me tomen fotos", dice la actriz. "Bueno, hay peores cosas en la vida. Pero es difícil para mí".

A Pfeiffer, de 42 años de edad, le es más fácil hacer la transición de estrella de cine a madre. Hablando por teléfono, ella negocia una cita con el doctor y se reporta a casa, donde se le da un informe sobre sus dos hijos. Del tono de la conversación, el resto de la tarde para Michelle es bastante ordinario. Tan ordinario que, al colgar, de manera juguetona levanta una ceja y pregunta: "¿Cómo va a lograr que esta entrevista sea interesante?".

Tonterías. Esta es simplemente la renuencia de Pfeiffer de exponer nada más íntimo que su sonrisa. Ella preferiría vivir su vida de manera privada, lejos de los paparazzi y los estrenos, preferiría hacer viajes con los niños a la escuela que caminar por la alfombra roja.

Un lugar donde Pfeiffer definitivamente se divierte estos días es detrás de los altos portones de su hogar de 15 millones de dólares con fachada tradicional y seis recámaras en Brentwood, California, donde ella y su esposo, el guionista y productor de cine y televisión, David E. Kelley, están criando una hija, Claudia Rose, de 7 años de edad, y un hijo, John Henry, de 6 años, y su zoológico de...

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