Su mayor satisfacción es dar
| Autor | María Fernanda Torres |
Navidad es una fecha especial para dar y recibir, sin embargo, para algunas personas obsequiar es más satisfactorio que recibir.
Ejemplo de ello son Olga Verónica Zamarripa de Arriaga y Erasmo Oviedo Trejo, quienes pertenecen a asociaciones civiles diferentes, pero con una misma misión: ayudar al prójimo.
Así es como cada 24 de diciembre, brindan comidas y cenas a personas de escasos recursos, a quienes personalmente desean una feliz Navidad.
Llena más dar
Hace cuatro años, Pancita Llena, Corazón Más A.C, además de brindar alimentos en hospitales y apoyo emocional a pacientes pediátricos oncológicos y a sus familias, sumó la tarea de entregarles cenas el 24 de diciembre.
Antes de convivir con su propia familia, Olga Verónica Zamarripa de Arriaga, fundadora de la asociación, junto con su esposo, Jesús, y sus hijos Jesús, Berenice y los cuates Nicolás y Ángela, de 22, 21 y 14 años de edad respectivamente, acuden hasta los domicilios de familias de escasos recursos con niños con cáncer para desearles una feliz Noche Buena.
"Lo que me inspiró a llevarles las cenas fue escuchar a estos papás decir que el 24 de diciembre duermen temprano a sus hijos porque no tienen para cenar ni para comprar regalos", comparte Olga, de 42 años de edad, quien gracias a los donativos de particulares y empresas, este año podrá entregar 10 cenas, el doble que en los años anteriores.
"Los pavos rellenos los preparamos en mi casa, hay familias que nos apoyan con el puré, el espaguetti, el postre y hasta con cuernitos rellenos de queso crema. Otras personas nos ayudan con las piñatas, las bolsas de dulces y los juguetes".
En esta ocasión, serán beneficiadas dos familias de Santa Catarina, dos de Guadalupe, una de Monterrey y cinco de Salinas Victoria.
Pancita Llena, Corazón Más se consolidó como Asociación Civil hace dos años, sin embargo, el proyecto inició 10 años atrás, cuando la familia Arriaga Zamarripa vivía en Saltillo, Coahuila.
Entonces, Olga ayudaba transportando a niños con discapacidad para que acudieran a sus terapias al CRIT (Centro de Rehabilitación Infantil Teletón). Luego, ante la necesidad de alojamiento de los pacientes foráneos y sus familiares, comenzó a hospedarlos en su casa.
"Siempre me ha gustado ayudar a la gente, desde niña me ha hecho feliz servir, eso lo aprendí de mi mamá", comparte la fundadora, quien en el 2007 se mudó con sus hijos a Monterrey por un cambio de trabajo de su esposo.
Aquí en la Ciudad continuó con su inquietud de ayudar y...
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