Marte visto desde la música

AutorArturo Rodríguez

De todos los planetas en nuestro Sistema Solar, es probablemente Marte el que más interés ha despertado entre creadores de arte. Cuando en 1999 el Kennedy Center/ Imagination Celebration de Fort Worth en Texas me pidió por encargo un himno para el planeta rojo, tuve la oportunidad de aportar mi propia vision artística dedicado a ese maravilloso astro.

En aquel entonces la misión más significativa al planeta rojo había sido la del Mars Global Surveyor. El satélite, lanzado el 7 de noviembre de 1996, se convirtió en aquel entonces en el artefacto más exitoso que hubiera surcado los alrededores del planeta. El Surveyor cursó una órbita alrededor del polo por un año marciano entero, el equivalente a aproximadamente dos años de la Tierra. El hallazgo más importante fueron los indicios de partículas encontradas, que pudieran ser fuente de agua sobre o dentro de la superficie. Esto viró nuestra atención, después de un par de décadas, de nuevo al planeta rojo.

El KC/IC de Fort Worth en aquel entonces decidió dedicar un año entero a ese emocionante planeta atrayendo la atención principalmente de niños y jóvenes y extendiendo una invitación a la creación de proyectos científicos y artísticos.

Era mi misión crear una obra que enmarcara este proyecto educativo. Originalmente, la obra encargada por los organizadores era de un concepto simple: la escritura de un himno a Marte para piano y coro de niños.

Con todos los acontecimientos y descubrimientos del MGS, mi entusiasmo por el proyecto se fue incrementando a la vez que fue creciendo el concepto de la obra por escribir. Después de varias semanas invertidas en la investigación del tema y diseño de la obra, mi impulso creador me llevó a escribir no sólo un himno a Marte, sino un poema sinfónico que llevara al oyente a viajar a través del espacio. La idea del coro de niños fue entonces substituida por un coro femenino y un solista tenor, y el piano como instrumento principal fue reemplazado por una orquesta sinfónica.

Mi siguiente labor entonces fue decidir qué lenguaje armónico y orquestal a utilizar para compartir el viaje con el público. Ya que la obra está de cierta manera dedicada a la juventud a manera de invitación para echar a andar la imaginación, decidí buscar un tono familiar con el que el público se pudiera relacionar.

Las raíces

Mis influencias principales fueron entonces las siguientes: "Los Planetas" (1916) del compositor británico Gustav Holst (1874-1934). Aunque no inspirado en datos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR