MARKETER / Autoengaño

AutorHoracio Marchand

No hay nada más difícil que enfrentarse a uno mismo. Aprendemos a mentirnos para proteger nuestra autoimagen, defender al ego y no caer en angustia existencial. Protegemos al guión, la máscara y el rol asumido, al mismo tiempo que negamos nuestra verdadera esencia.

Los que han trabajado como consejeros o consultores, al igual que psicólogos y sociólogos, saben lo difícil que resulta señalar las fallas, las áreas de oportunidad o los patrones autodestructivos, en función de que nos defendemos a capa y espada.

En el caso particular de México, tenemos exceso de "educación"; somos demasiado reverentes: tememos a decir la verdad y nos escandalizamos cuando alguien articula de manera directa y llana. Algunos estudiosos se van siglos atrás y atribuyen lo anterior a la castración cultural y las vejaciones ejercidas por los españoles durante la conquista.

Incluso nuestros hermanos latinoamericanos nos hacen burla de la manera tan peculiar de contestar: al llamarnos por nuestro nombre "oye tú, fulanito", decimos "mande" (mande usted señor), tal y como si nos remontáramos a la conquista.

Caso contrario los ingleses, por ejemplo, quienes tienen una fascinante habilidad para decir las cosas más duras del mundo, rara vez pierden la cordura o se ven involucrados en dramas.

Viene al caso el índice de Geerte Hofstede que sirve para analizar diferentes patrones socio-culturales. Hofstede, intrigado con los estilos de liderazgo, la interacción de equipos de trabajo y las relaciones jefe-subordinado en diferentes países, realizó una investigación transnacional al respecto. Sus conclusiones: mientras más bajo sea el número en el índice que él construyó, más esperarán los individuos de esa cultura ser tratados como iguales; y mientras más alto sea, mayor será la expectativa de que haya diferencias en el trato.

Por ejemplo: Los argentinos tienen una calificación en el índice de 49; los canadienses, 39. Los mexicanos tenemos 81, donde el respeto a la autoridad es altísimo. Esta metodología reconfirma que el subordinado mexicano es menos directo ante figuras de autoridad y podría encontrar irrespetuosos a los canadienses a la hora de dirigirse a sus jefes.

Adicionalmente al aspecto cultural está el psicológico. Existen varias trampas o propensiones a fallas de juicio que están configuradas por la manera en que el cerebro ha evolucionado a través del tiempo, que a manera metafórica podría dividirse en el Reptiliano, el Límbico y el Cortical (2 hemisferios y 4...

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