Mario Castillejos / El secreto de la individualidad

AutorMario Castillejos

En espera del partido de Tigres, me brincó la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto la salida a Europa de Guido Pizarro y el inesperado estreno de Jonathan González modificaron el standing de los equipos regios?

Muchos calculamos que aún sin Pizarro, los Tigres tendrían argumentos suficientes para no perder la fisonomía del mejor equipo de la Liga. Los nombres sobraban: Gignac, Vargas, Zelarayán, Sosa, Dueñas, Aquino, Damm, Torres, incluso Israel.

Refugiados en la frase "el trabajo en equipo gana campeonatos" deducimos que el funcionamiento colectivo jamás debería pender de un solo individuo. Y aquí no importaba que nadie del plantel fuera especialista en la función de medio centro. De hecho, el resultado aplastante frente al Puebla (5-0) en la Jornada 1, donde Israel jugó en la contención, confirmaba nuestros cálculos.

Pero el futbol siempre ha tenido muy bien protegido el "secreto de la individualidad". Sí, ese enigma de los extraños jugadores que excitan, provocan, ordenan, unen, construyen y destruyen. La pieza angular del mecanismo, de cualquier sistema electrónico o sistema emocional.

Y después de perder el maquillaje en la Jornada 2 en el Estadio Universitario contra Querétaro (1-1) y en la 3 contra Pachuca (2-0), Ferretti apresuró el debut de Carioca.

El brasileño es buen jugador. Y estoy convencido que para el siguiente torneo apreciaremos su valía una vez que la inducción al futbol mexicano culmine.

Pero después de 17 jornadas donde Tigres...

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