Mario Castillejos / Bitácora

AutorMario Castillejos

Monterrey vestía de blanco, los Diablos, de rojo, y Alcalá sentenció el juego de negro.

¿Qué debe preocupar más? ¿Que con una ventaja de dos goles te alcancen? ¿Qué Christian se haya vestido de héroe? ¿Que Arellano salió lastimado al minuto 35? ¿Que Toluca sabe atacar y hasta jugar con tres delanteros? ¿Que Alex no va a estar listo? ¿O los errores del árbitro?

La semana pasada mucha gente me recriminó que no hablé del arbitraje, hoy podría abreviar con la misma frase: "los dos equipos se quejaron del árbitro". Pero si algún detalle quieren de mi percepción, aquí les van los más importantes: En un partido de más de 50 patadas, la condición humana del árbitro tiene que salir a relucir.

Alcalá se equivocó en el primer penal que marcó, ya que fue "Chícharo" quien pisó a Cristante; pudo marcar fuera de juego en el gol de Sánchez por dos costillas; no marcó la falta más clara de todas sobre Franco.

Además, manejó mal las tarjetas y, aunque usted no lo crea, señaló de manera correcta el penal final que la televisión no pudo comprobar, pero en la oscuridad del vestuario Ovalle confesó que sí jaló de la camiseta al delantero toluqueño.

En esta jugada, Gilberto tenía una mucho mejor colocación que las cámaras de Televisa. Si usted observa las tomas de la transmisión, éstas nunca exhiben la mano de Ovalle ni la espalda de Esquivel, además Clemente es el único jugador que no protesta la infracción.

Tan rápida fue la ventaja que tomó Monterrey de dos goles (siendo el segundo de ellos la mejor jugada del partido) como rápida fue la reacción de Toluca para empatar.

"El Tolo" renunció a su invento de no tener un centro delantero en la cancha. En ese momento los...

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