Al Margen / Escritor por necesidad

AutorLuis Eduardo Villarreal Ríos

Había una vez un escritor que se puso a hablar de su oficio como destino.

Conversaba: Mis colaboradores son, al inicio, la soledad y la noche; hasta el final aparece quien lee lo que escribo. Al escribir sólo pienso en lo que tengo que decir. Nada ni nadie está en mi mente, ni siquiera el destinatario de mis letras; éste aparece como adendo, si se quiere. Más bien le hago caso a la vida, a la intuición del corazón.

¿Que para qué escribo? Para liberarme de la enfermedad y del dolor, aunque éstos sean irremediables. Hay que escribir como acto de protesta contra la tontería y la banalidad; sí, protesta silenciosa y fructífera.

Escribo para evitar que me arrastren las terribles contradicciones de la realidad social; lo hago como remedio ante la injusticia de la guerra, el abuso del poder, las mentiras de los medios, la voracidad del mercado. Hay que hacerlo contra todo lo vergonzoso, la Cámara de Diputados incluida.

Con mi escritura apuesto por el conocimiento y la emoción; si soy dócil a la dádiva y estoy en manos de la vida, las cosas salen bien, si me rebelo, salen mal.

Yo siempre he dicho que nadie avanza si no es llevado y, si no eres llevado, avanzas a jalones o no avanzas bien. Es como andar con muletas. Estas ayudan, pero a veces te traban los pies y te hacen caer.

Poco importa si tus textos son vendidos o no; el escribir para vender suena un poco a desencanto.

Hay que ser, más bien, un escritor leído; en esto reside la mayor compensación para una persona que pertenece a las letras. Escribir como acto de valentía. Es conjuro contra el miedo y la sinrazón; es la mejor forma de reinventarte porque, escribiendo, afirmas que la humanidad tiene remedio y de ello quieres contagiar a los demás.

Escribir es también un acto de fe. Es trascender los límites de este cuerpo contingente y explorar las vidas que en él habitan; es, sobre todo, rebelarte ante el absurdo de la muerte y de tu fugaz paso por el mundo.

Vivirme como escritor tiene que ver con el compromiso de mirar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR