Margarita Ríos-Farjat / Cuando la injusticia no es injusta

AutorMargarita Ríos-Farjat

Hay quienes dicen que el 8 de marzo no se celebra, sino que se conmemora.

Lo relacionan con acontecimientos luctuosos por injusticias laborales hacia las mujeres (el incendio de una fábrica en Nueva York el 25 de marzo de 1911), pero lo cierto es que las efemérides son varias y provienen de diversos países.

En España, por ejemplo, el 8 de marzo de 1910 se emitió un decreto que permitió a ambos sexos acceder a la educación superior en igualdad de circunstancias. Algo digno de celebración.

En 1975 la ONU alineó bajo un solo Día Internacional los diferentes festejos o conmemoraciones que a partir de los albores del siglo 20 florecían en calendarios de todos lados.

En ese sentido, el 8 de marzo es un día para celebrarse (la ONU lo "celebra"). No es frivolidad, cualquier avance en términos de convivencia humana es digno de encomio sin importar raza, edad ni género.

Celebrarlo es importante porque nos recuerda que, aunque es difícil, es posible cambiar formas pensar. Parece inverosímil que la mitad de la población haya tenido (y tenga todavía) menos derechos sólo por su género, ¿por qué?

Esa pregunta, ese "¿por qué?" es la reflexión que provoca una efeméride.

Es un hecho que la mayoría imprime su punto de vista sobre los demás. A veces ni siquiera es mayoría, sino una colectividad más organizada que la verdadera mayoría y por eso es capaz de imponer su perspectiva.

No suele ser cuestionada porque se ve como algo natural, aunque sea injusto. De ahí que la frase "romper paradigmas" se refiera a mirar con otros ojos.

Por ejemplo, cuando salió la Ley sobre Personas Discapacitadas y Enfermos Crónicos en Inglaterra (1970), su promotor Alf Morris recordaba más tarde el contexto: "Hoy en día parece algo increíble y espeluznante, pero entre 1945 y 1964 no hubo una sola mención específica... a mecanismos para ayudar a los discapacitados. Entre 1959 y 1964 no hubo un solo debate sobre discapacidad entre los Comunes... Ni siquiera se les trataba como ciudadanos de segunda, se les trataba como si no fueran personas".

Recién terminaba la Segunda Guerra Mundial, la cual dejó muchos discapacitados en Inglaterra con medallas, pero sin derechos. Su situación no era tema para la mayoría: la injusticia no era vista como injusticia.

Misma época: en los albores del feminismo como movimiento social se subrayaba que la formulación de políticas se hacía a partir de una visión "masculina" de los problemas, por eso las soluciones no resultaban suficientes ni acertadas.

La...

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